¿Qué fue de... Luciano Zubillaga?

Aunque dice que no tuvo datos muy extremos, no duda del cambio climático y las cifras que recabó están en Pedro Murias y en su casa
Luciano Zubillaga. EP
photo_camera Luciano Zubillaga. EP

Este funcionario jubilado un poco anticipadamente, utilizó su tiempo libre para recabar datos meteorológicos durante 31 años, casi todos en la estación de Pedro Murias que fue perfeccionando y completando con el paso de los años. La Aemet en A Coruña lo premió por su labor, tremendamente dedicada: "Por baja no me perdí ningún día de recoger los datos. Alguna vez que no me encontraba bien, pude ir de todas formas y cuando tuve algún desplazamiento, dejé a algún compañero encargado, pero no fueron muchas veces".

Empezó en eso en el complejo de Benquerencia, ya derruido, de casualidad, porque la persona que lo hacía al principio no estaba muy ilusionada "y lo cogí yo. Vino César Andrade de la escuela de Lourenzá a explicarme algunas cosas porque él llevaba tiempo con una de esas estaciones. Tampoco había mucho que mirar, porque el material era escaso al principio, pero le cogí el gusto y seguí".

Reconoce que se lo tomó "con disciplina" y al principio fue haciéndolo todo manualmente hasta que llegaron los ordenadores "y entonces vi que las hojas de Excel eran perfectas para lo que yo necesitaba y en ellas metía toda la información que precisaba. En A Coruña les llamaba la atención el trabajo que hacía y me decían que era el que mejor presentaba los datos".

Pronto su trabajo fue teniendo repercusión y a Pedro Murias comenzaron a ir llegando peticiones para que Luciano les echase una mano con sus conocimientos, su experiencia y sus datos: "Venían agricultores a preguntarme por cuestiones distintas de lluvias, humedad... Eso coincidió con la época en que fuimos aumentando la tipología de datos que se podían recoger". Fue cuando acabó por tomar información de la velocidad del viento media y máxima, al igual que con la temperatura sumando además los datos de lluvia, humedad relativa del aire, y todo ello ahora con gráficos. Eso fue un gran paso "porque era todo mucho más visual. La gente podía echar un vistazo y ya se hacía una idea de lo que había. Eso fue un gran adelanto".

Pero luego fueron pasando los años y a los 64 decidió dejarlo cuando se jubiló, aunque hizo copia de todo cuanto recabó "que se puede consultar en la escuela Pedro Murias, desde luego, pero yo lo tengo también en casa por si alguien quieren venir a hacer consulta, lo puede hacer".

Reconoce que le da pena pasar por allí y ver la estación descuidada y le gustaría que alguien hubiese continuado su trabajo, aunque admite que es "muy sacrificado" y él mismo añade que desde que se marchó "no volví a hacer nada de eso. Salgo con los compañeros a hacer senderismo y me ocupo de otras cosas. Eso sí, fue algo que me apasionó. Hubiese seguido de no ser por cuestiones personales".

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