La llamada de la solidaridad

El Banco de Alimentos contribuye a paliar carencias, también en fechas señaladas. En la Costa lucense atiende ahora a 572 familias y potencia la economía colaborativa para que la ayuda llegue a esa parte de la sociedad que la precisa.

Voluntarios en una recogida de alimentos anterior en A Mariña. JOSÉ Mª ÁLVEZ (ARCHIVO)
photo_camera Voluntarios en una recogida de alimentos anterior en A Mariña. JOSÉ Mª ÁLVEZ (ARCHIVO)

La delegación del Banco de Alimentos en A Mariña todavía no pudo entregar todos los productos recabados en la gran recogida, debido a que no recibió aún todas las donaciones efectuadas. La campaña se hizo un año más con contribuciones económicas en supermercados a causa de la pandemia y dichos establecimientos aún no han organizado todos los artículos para entregárselos al banco. Este retraso se produce a nivel nacional. "No pudimos hacerlo igual que otros años, pero para fin de año esperamos tener todo entregado", indica William Solano, el responsable del Banco de Alimentos en la costa lucense. 

Los colaboradores de esta entidad no solo recogen alimentos, sino que también tienen un equipo de voluntarios que se ocupa de la preparación de juguetes para la campaña de Reyes con el apoyo de otras instituciones y colectivos. "Ya tenemos preparado para más de 100 niños, disponemos de una línea de juguetes nuevos y otra que están en muy buen estado, que empaquetamos para la ocasión", comenta. 

William Solano explica que los productos más necesarios son como siempre los que componen la cesta de la compra básica, compuesta por arroz, pasta, galletas, cacao, leche, aceite y harina, pero también se piden mucho lentejas. El Banco de Alimentos también aporta productos perecederos, como queso o carne. 

La partida de ternera gallega, que les envían congelada en lotes, se distribuye al llegar, ya que no tienen cámaras para su conservación. "Ya repartimos en Mondoñedo y la siguiente será para Foz, el queso ya lo entregamos todo, casi 1.000 kilos. También nos donaron miel y para enero esperamos huevos. Siempre recuerdo que después de Navidad viene la cuesta de enero, es algo que aprendí en estos años, por eso reservamos un 25% porque siempre hay familias que quedan sin trabajo después de las fiestas y no sabemos qué necesidad habrá exactamente, así podemos prestarles esa ayuda de emergencia", precisa. 

Los responsables del Banco de Alimentos echan en falta este año dulces navideños, porque a nivel estatal se hizo un listado de los productos de primera necesidad para entregar a las familias y según el Ministerio de Sanidad esos productos no forman parte de la cesta básica de primera necesidad. Esa es la razón de que no se entregasen, aunque confían en recibir alguna aportación de cara a fin de año. 

Los voluntarios de la comarca mariñana esperan haber repartido las donaciones de la gran recogida para fin de año

Solano se muestra "muy contento" de poder aportar "nuestro granito de arena para las familias con carencias de la comarca" y reitera su agradecimiento al equipo de voluntarios y a todas las personas que les ayudan, unas 30 en toda la Costa. Asegura que los mariñanos se muestran muy receptivos cada vez que se organiza una campaña solidaria de este tipo. "Nos damos cuenta de que la sociedad está viendo la realidad, cada vez que hacemos alguna campaña nos sorprende mucho cómo participan y donan, se nota", destaca. 

Para los voluntarios del Banco de Alimentos "es una satisfacción poder ayudar y hacerlo de manera organizada, con un orden y control". La entidad también ofrece ayudas en situaciones puntuales, "estamos para ayudar a salir adelante", subraya Solano, quien comenta que "tenemos voluntarios que pasaron por un bache y les ayudamos, después vinieron a nosotros para decirnos que querían colaborar porque nosotros les habíamos ayudado. Buscamos una economía colaborativa para la ayuda llegue a la sociedad, vemos cómo podemos involucrarnos con ese tipo de acciones", señala. 

LAS CIFRAS. Las familias con necesidades se incrementaron de manera notable durante la primera fase de la pandemia, debido a los Ertes y cierres de establecimientos de hostelería que dejaron a muchas personas sin trabajo. Entonces ayudaron a 790 familias. Ahora el número de personas atendidas está estabilizado en las 572 familias, a las que ayudan de manera directa con la intermediación de los ayuntamientos y de asociaciones sin fines de lucro. La cifra bajó en verano hasta las 495, debido a los trabajos temporales de esa temporada. Cada 15 días actualizan las cifras con los servicios sociales para tener previsión de productos para suministrar a quienes tienen carencias. 

El Banco de Alimentos divide los productos en cajas según el número de familias anotadas para realizar el reparto, pero además dispone de ayudas de emergencia para situaciones puntuales, lo que llaman cesta rápida que contiene los productos de primera necesidad para salir del apuro mientras los servicios sociales no resuelven el proceso burocrático que permite acceder a las ayudas para paliar carencias. Su objetivo es ayudar al mayor número de personas.

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