Ladridos que siembran discordia en Foz

Una vecina quiere quedarse con un cachorro que apareció abandonado, pero desde la protectora insisten en seguir las normas y baremar a todos los posibles candidatos a adoptar
Gelucha, en su casa, con el cachorro. JOSÉ Mª ÁLVEZ
photo_camera Gelucha, en su casa, con el cachorro. JOSÉ Mª ÁLVEZ

Es un cachorro de meses, cruce de bodeguero, que descansa ajeno a la polémica que le está rodeando junto a Gelucha, una mujer de 81 años de Foz, a la que la perra ha devuelto la alegría tras haber tenido que sacrificar hace poco al caniche con el que convivió 14 años. Una historia a la que pone voz su hija, que el pasado domingo se hizo cargo de la perra que su vecina encontró en el Paseo de Malates, supuestamente abandonada, "y nos la trajo porque sabe que nos gustan los animales", dice.

El caso se enroca ya esa misma tarde, pues las receptoras aseveran que dieron aviso a la protectora "y ahora nos amenazan con que nos lo quieren quitar". Una postura que desde la asociación protectora de animales de Foz aseveran que no es cierta y que el hacerse cargo del animal responde a los protocolos de actuación que tienen establecidos por ley.

"O can apareceu o domingo ao mediodía, deunos aviso a Policía Local e, de inmediato, activouse o protocolo da protectora", explican desde la entidad, gestionada por voluntarias, una de las cuales acudió a la vivienda de noche para pasar el lector del chip por si el perro estuviera registrado y se podía localizar al dueño.

"Non tiña chip e elas xa nos fixeron saber o seu interese por adoptala, pero nós explicámoslles que había que cumprir uns requisitos", dicen desde la protectora, que recuerdan que son diez días los que se deben aguardar por si aparece alguien que acredite ser su dueño. Un trámite al que, de forma paralela, suman la desparasitación en el veterinario y una vacuna al quinto día y si en el plazo de los diez días legales no aparece su dueño el perro pasaría a ser de la protectora, que le pondría el chip y, a partir de entonces, iniciarían el proceso de adopción.

Unas gestiones, insisten, en las que deben baremar a todos los posibles candidatos, pues "pode que non sexan as únicas interesadas en quedarse co animal e a nosa obriga é buscarlle á cadela o lugar máis axeitado". Unos trámites que incluyen entrevistas personales y visitas previas a la vivienda para cerciorarse de que el animal acude al hogar más conveniente. "Hai que ter en conta a raza e o estilo de vida dos receptores", cuentan, recordando que para los últimos cachorros de border collie recogidos tuvieron más de sesenta solicitudes de adopción.

"O que non podemos é saltarnos o protocolo", aseveran, algo que creen sí están haciendo las personas que se hicieron cargo del animal. "No entendemos su proceder porque su misión es hacerse cargo de los animales que están abandonados, pero este no lo está, porque está con nosotras", dicen las vecinas sobre la actitud de la protectora. "A veces se quejan de que no tienen sitio y este perro ya tiene una casa, así que les ahorramos espacio y dinero, puesto que ya lo llevamos al veterinario y pagamos la factura", cuentan.

"No nos negamos a cumplir las normas y respetamos el tema de la protectora, pero si el animal no tiene dueño no entendemos por qué no se puede quedar con nosotras los diez días, porque creemos que es lo mejor para la perra y si en ese tiempo aparece el dueño lo entregamos, que no nos negamos, pero creemos que deben mirar por su bienestar", dicen.

En la protectora contaban este martes con que se les entregara al animal, pero finalmente no fue así, porque las vecinas se negaron, a pesar de que por la noche se personaron en la vivienda dos voluntarias y un agente de la Policía Local.

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