El laberinto de Rinlo: Un lugar para (no) perderse

Es un lugar que se ha convertido en una atractiva alternativa de ocio para vecinos y visitantes de todas las edades 
IMAGENES AEREAS DEL LABERINTO DE RINLO-JM ALVEZ
photo_camera El laberinto, con el diseño interior de una vieira y el mirador central. ÁLVEZ

Muchos todavía no lo saben, pero a escasa distancia del cámping de Rinlo (Ribadeo) se encuentra el —que se sepa— tercer laberinto más grande del país, con 4.000 metros cuadrados de superficie, por detrás de otros en Cantabria y Tarragona. Supone, además, una nueva opción de ocio en la comarca para gente de todas las edades, ya que a la propia diversión de recorrer y adivinar los caminos de la maraña vegetal se añaden circuitos de juegos y otras actividades.

A Juan Manuel Azcona Meneses, profesor de guitarra en Madrid que ahora da clases online, asentado en San Miguel de Reinante, se le ocurrió la idea al ver un laberinto de maíz en las fotos del viaje de unos amigos por Suiza y Francia. "Pensé en montar algo así, pero en plan Versalles", comenta el impulsor, que realizó él mismo el diseño del laberinto, de planta rectangular pero con la forma de una vieira en su interior.

"Buscaba algo de identidad y la vieira me pareció coherente con el proyecto que quiero hacer y con el espacio en el que se encuentra", explica. Así, mientras que los recorridos del laberinto son de ciprés de leylandi, eligió una especie diferente, tuyas, para el diseño de la concha con la idea de poder apreciarla resaltada desde el mirador central, una estructura elevada en madera que por otro lado ofrece vistas envidiables de la costa, con las casas marineras de Rinlo por oriente y las playas de Os Castros y As Illas a un occidente que regala fascinantes atardeceres.

Con ayuda de una empresa de arquitectura su dibujo pasó a plasmarse en el suelo con un GPS y estacas que marcaban el lugar de cada una de las plantas, unas 2.000, que todavía están en fase de crecimiento y que requieren intensos cuidados para lucir saludables pese al azote del nordés.

El laberinto "está teniendo muy buena acogida", comenta Juan Manuel Azcona, que estudia ampliar el tiempo de apertura —actualmente los viernes, sábados y domingos por las tardes— por la demanda que está teniendo.

"Es una experiencia agradable", subraya, pues se puede hacer en apenas veinte minutos, hay salidas de emergencia cada poco y bancos para sentarse en la zona central. El precio para acceder es de seis euros —hasta cuatro años entran gratis— y permite un pase de laberinto además de estar sin límite de tiempo en la zona de ocio aledaña, en la que hay 25 juegos distintos y donde monitores organizan más actividades.

Entre los juegos, realizados de forma artesanal, los más demandados son un futbolín humano, el tiro con arco o los billares, pero también hay un minigolf, varios juegos de puntería y habilidad y otros tradicionales.

Familias de Narón, Noia, A Guarda o Cuenca conocieron las instalaciones estos días. "Sabemos que el laberinto todavía está creciendo pero está muy bien, la idea está genial y el niño se divirtió un montón", comentaba Zaira Domínguez. "Los críos han salido encantados", apuntaba otra madre, Eva García.

Aunque lo que más acuden son familias, el impulsor comenta que el espacio está destinado a todo tipo de público. "El 80% de los juegos los pueden hacer perfectamente los adultos, han venido parejas a pasar la tarde y hemos tenido hasta despedidas de soltero", reseña Juan Manuel Azcona, dispuesto también a promover otras actividades en el espacio, como conciertos, jornadas gastronómicas o exposición de artesanías y de productos locales.

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