La merluza se muda al norte

Los cambios de distribución van a traer consecuencias económicas y políticas para la pesca
Merluzas
photo_camera Merluzas. D.V.

El cambio climático que algunos niegan afecta ya a la merluza y a otras pesquerías como las de la caballa o el jurel porque el calentamiento de los océanos hace que busquen aguas más frías hacia el norte de Europa y en el Atlántico sudoccidental la merluza austral puede volver a tener como competidor a la barracuda si esta regresa con las temperaturas más cálidas al área del Canal del Beagle y otros mares del sur. De ellos desapareció durante el Little Ice Age, período de enfriamiento desde finales de la Edad Media hasta el siglo XVIII, en el que la merluza ocupó su sitio como depredador y hoy es una especie de alto valor pesquero para numerosas flotas.

Criterios de pesca desfasados

Un estudio internacional en el que han participado investigadores del Instituto Español de Oceanografía (IEO) y la Universidad de Aberdeen (Escocia), coordinado por el Consejo Internacional para la Exploración del Mar, ha confirmado que muchas especies de mares europeos están cambiando su distribución por el calentamiento del océano y aumentando sus poblaciones como consecuencia de una buena gestión pesquera. La merluza es un caso claro al expandirse hacia el norte mientras que especies típicamente boreales como el bacalao ven disminuir su área de distribución. Manuel Hidalgo, científico del IEO y uno de los autores del informe del que informó Efe, indica que "los cambios en la distribución de peces tienen implicaciones par ala gestión de la pesca con repercusiones tanto económicas como políticas" y que el calentamiento incrementará el número de stocks transfronterizos, con lo cual se hace evidente que también deberían revisarse y mejorarse las cuotas y repartos de pesca de la especie merluccius merluccius.

Impacto negativo en el sur

En el caso de la merluza del sur puede haber un gran problema para la economía regional de la Tierra de Fuego si la especie se ve desplazada con el calentamiento por la barracuda, de mucho menor valor. El asunto se aborda en una tesis doctoral de la investigadora María Bas, del Centro Austral de Investigación Científica de Argentina y del Instituto de Investigación de Biodiversidad (IRBio) de la Universidad de Barcelona, en busca de predicciones sobre posibles cambios que pueden afectar a aquella región marina donde la merluza es una especie clave para la pesca industrial.

La explotación lo altera todo

Pero no solo las temperaturas alteran las poblaciones de peces, también la explotación pesquera. El estudio en Europa, publicado en la revista Ecography concluye que otro factor importante en los desplazamientos de peces ha sido la gestión pesquera promovida por la Unión Europea a través de la Política Pesquera Común, de probada eficacia para recuperar ciertas especies puesto que en los últimos 15 años las poblaciones de caballa y merluza se han duplicado y quintuplicado, respectivamente.

La recuperación hizo que en las poblaciones piscícolas estudiadas, algunas de ellas expandieran el área que habían ocupado hasta ahora. Y en las costas de América del Sur la pesca también ha alterado la posición de todas aquellas especies intensamente explotadas por los humanos en el presente y durante el pasado, como la propia merluza y el lobo marino sudamericano en los mares, o al introducir salmónidos en los ríos.

Grandes descartes de la flota del Reino Unido y 'guerras' de la caballa recientes
En pleno proceso para renegociar los tratados pesqueros con el Reino Unido a raíz del Brexit, la situación de los caladeros va a ser una piedra de toque en el asunto. El investigador de la Universidad de Aberdeen Alan Baudron, que ha liderado el estudio del desplazamiento de peces y sus cuotas, explica que en la actualidad dichas cuotas de captura se basan en criterios de distribución de especies de hace más de cuarenta años.

"De hecho —resalta Baudron—, el estudio demuestra que cinco de las 19 especies investigadas, entre ellas el arenque, platija, merluza, lenguado y jurel, han cambiado la distribución en las diferentes áreas de gestión". Y Manuel Hidaldo, en la misma línea, pone el ejemplo de las llamadas ‘guerras de la caballa’ cuando se crearon tensiones políticas —la Unión Europea llegó a prohibir hace años la caballa de las Islas Feroe cuando se autoasignó un aumento de cuota del 145% en 2012—, por la expansión de la caballa en aguas de distintos países.

Más recientemente, el aumento de la merluza en el Mar del Norte se tradujo en grandes descartes por parte de la flota del Reino Unido, país por cierto principal valedor de la norma antidescartes que ahora trae de cabeza a los pescadores de la UE. Los británicos no la capturaban ni tienen cuota suficiente pero sus caladeros ahora están llenos de merluza y no pueden evitar la captura de grandes cantidades de esta especie de merluza que se ha mudado al norte más frío.

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