No hay muchas palabras que puedan describir la pérdida de unos jóvenes ninguno de los cuales había llegado tan siquiera a cumplir los veinte años de edad. Una de ellas era todavía menor de edad y su familia había llegado a Ribadeo procedente de Viveiro. En la villa ribadense su padre montó varias empresas y era una joven muy conocida con un montón de amigos que formaba una pandilla muy dinámica.
En ese grupo se movían también los otros tres fallecidos. Uxía García, Sergio Villar y Jesús Navia. Se trataba de jóvenes que también se caracterizaban por su amabilidad y que habían participado activamente en actividades deportivas de la localidad, particularmente en el fútbol.
Los tres eran bien conocidos por numerosos ribadenses así como sus familias, todas ellas implicadas de un modo u otro en diferentes actividades que se vinieron desarrollando en el municipio en el municipio a lo largo de los últimos años a distintos niveles.
A nivel de estudios Sergio Villar se encontraba en segundo de Bachillerato del IES de Ribadeo Dionisio Gamallo, donde también estaba Uxía García, prima carnal de Jesús Navia Pérez que se encontraba estudiando una ingeniería en A Coruña. Este caso es muy sangrante porque sus madres, dos hermanas, perdieron a sus hijos el mismo día.
Algunos jóvenes tuvieron problemas de ansiedad de los que tuvieron que ser atendidos debido a su cercanía con los fallecidos.
Ayuda psicológica profesional para las familias
Pero además en todo momento un equipo de psicólogas y psicólogos especializados estuvo a lo largo del día al lado de las familias para atenderles y prestarles apoyo profesional. El 112 adelantó que se movilizó al Grupo de Intervención Psicológica en Catástrofes y Emergencias (GIPCE) para prestar apoyo a los familiares de las víctimas como apoyo de garantías dada su experiencia en estos casos.
Esta ayuda profesional se continuará ofreciendo a las familias en los próximos días para que tratar de apoyarles en lo posible a ir afrontando un trance que con toda seguridad les dejará un dolor y una cicatriz imposibles de cerrar por completo a lo largo de toda su vida.