Un joven recupera 200 topónimos de Burela y Cervo con la ayuda de sus abuelos

Álvaro Crego Deán quiere impulsar en la comarca el proyecto Galicia Nomeada para intentar que se conserve este patrimonio inmaterial
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photo_camera Álvaro Crego, con la aplicación en su portátil. AMA

Álvaro Crego Deán es un joven burelés de 22 años  que le pone pasión a todo lo que hace y casi por casualidad se ha embarcado en la doble cruzada de recuperar topónimos de Cervo y Burela y de animar a la gente a recuperar muchos otros por medio de la aplicación Galicia Nomeada. "Cun pouco de tempo que non se perde, senón que se gana, pódese salvar o nome da leira dos avós, do muíño da familia ou da pedra da praia onde ías de pequeno", cuenta Crego, licenciado en Física que cursa un máster para convertirse en profesor de Matemáticas.

"Disfruto ensinando, que é como máis se aprende", recuerda Crego desde su casa de Burela donde pasa el confinamiento y donde anima a la gente a involucrarse en el nuevo proyecto de toponimia creado por la Real Academia Galega y la Xunta: "É moi sinxelo e calquera poder acceder cun móbil ou cun ordenador", cuenta para animar a la gente a utilizar la aplicación, en la que se debe acceder al municipio y allí geolocalizar el topónimo «que despois valida unha comisión de expertos para corroborar que todo é correto». Una localización a la que se puede añadir una descripción, su historia o una leyenda que dé pistas sobre su nombre, pero también adjuntar una foto o grabar un audio, "e que bonito é escoitar a voz dun avó recordando", explica.

El joven calcula que habrá unos 3.000 nombres pos salvaguardar entre los dos municipios

De hecho, sus abuelos Pepe Crego y Jorge Deán han sido pilares fundamentales de su estudio, que se ha centrado en su localidad natal, Burela, y en la originaria de sus abuelos, Cervo, pues "non sei a causa de que nestes lugares o traballo de recompilación sexa practicamente inexistente e haxa núcleos enteiros totalmente baleiros de documentación", cuenta el joven, quien calcula que entre ambos concellos «vaticino que existen máis de 3.000 microtopónimos por salvagardar».

Unos 200 son los que lleva ya recogidos Álvaro Crego desde finales del pasado año en que se encontró "por casualidade con este proxecto mirando cousas sobre a historia de Galicia". En los fines de semana en que venía a casa desde Santiago, donde estudia, se reunía con sus abuelos para localizar topónimos, "con Pepe ía polos sitios e con Jorge os localizábamos no mapa», cuenta Álvaro, para quien ha supuesto algo especial pasar ese tiempo con ellos y que a los mayores les ha permitido «lembrar historias e anécdotas que levaban anos esquecidas".

Un tiempo de investigación que le ha supuesto recuperar, incluso con testimonio gráfico, la existencia en Burela de la antigua playa de Castrelos, sacrificada con la ampliación del puerto, donde los niños de antaño nadaban en el Canal, se tiraban al agua desde la Plataforma y conocían la existencia de O Peteiro, como se llamaba a la roca que había en la zona.

Nombres sonoros a los que se suman otros de los topónimos favoritos de Álvaro, los del mar, que se denominan talasonimia, de los que ha recuperado un buen número gracias a la colaboración de Víctor Mosquera, de San Cibrao. «Houbo un tempo en que os mariñeiros sabían que era a Punta Patamariña ou a Cova de Xan Vello, pero de non recuperarse agora perderíanse porque xa non hai quen os coñeza», dice.

Galicia es el lugar de toda Europa con mayor densidad de topónimos

Por ello, Álvaro Crego hace un nuevo llamamiento a no perder "a máis alta densidade de topónimos de toda Europa que temos en Galicia, onde cada recuncho, cada pena, cada anaco de terreo, cada regato ten o seu nome e iso é un patrimonio moi importante que non existe fóra daquí", recuerda el joven, quien cree que la desaparición de los mayores, la despoblación del rural y las concentraciones parcelarias están haciendo que muchos topónimos se pierdan. "Antes eran coma o GPS de agora, pero coa tecnoloxía de hoxe xa non se precisan eses nomes", lamenta, mientras reconoce la inmensa labor de recuperación realizada desde diversos centros de enseñanza de Galicia para recuperar ese patrimonio único que podría desaparecer cuando lo hagan nuestros mayores.

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