Los jabalíes destrozan prados y levantan arcenes junto a la carretera en O Castelo

Ganaderos de la zona llevan años con daños en sus pastizales y alertan de posibles accidentes durante la madrugada

Al lado mismo de la carretera, en una de las intersecciones con más circulación de A Mariña, hozan los jabalíes. En días pasados estos animales han levantado prados y arcenes en O Castelo (Cervo) y sus propietarios ya no saben qué hacer en las fincas de pasto. La Ganadería Bolaño es de las más perjudicadas y su propietario, Rogelio Bolaño, alerta del peligro para los conductores, sobre todo a altas horas de la noche, cuando los suidos bajan del monte. En el otro extremo de la comarca, en Ribadeo, también atraviesan las carreteras y algunos testimonios afirman que llegaron a contarse 17 jabalíes junto a los contenedores de un importante centro comercial de las afueras.

"Teño todas as fincas patas arriba —señala el cervense Rogelio Bolaño Piquín—, tras da casa, o prado do outro lado da estrada, ou un xunto a Rodabell, no acceso a Alúmina, que lle chamamos O Redondo". Según cuenta, bajan todos los fines de semana y "non deixan vivir". De sus avisos por daños y solicitud de ayudas, le tomaron nota en dos ocasiones pero nunca se las concedieron.

Todavía recuerda el golpe que sintió de madrugada, hace unos dos años. "Foi un topetazo bárbaro dun coche contra un xabarín pero o animal, que era unha femia, apareceu despois morto nunhas leiras máis abaixo". Por fortuna, no hubo que lamentar daños personales. Su explotación, con más de 70 cabezas de ganado vacuno, es de las importantes de la zona junto a otras de Rúa y Xove.

Recientemente, los jabalíes provocaron accidentes al superar la cercana valla del corredor costero en Xove e invadir la calzada. Ocurrieron en varios fines de semana, hasta que el cercado se reforzó. Bolaño cree que las piaras bajan también porque "o lobo atácalles en Penas Agudas" y reconoce que su mastín no los intimida: "Ao cocho bravo non lle fai nada, arrecúa diente del, e se é femia con crías, aínda peor". No solo los jabalíes entran en sus fincas; las partidas de cazadores acceden con perros, incomodando al ganado, según dice.

Los jabalíes buscan precisamente lugares donde los cazadores no pueden acosarlos, aunque se atribuyen sus desplazamientos a que ahora el monte de eucaliptos tiene poco que comer. En esta época tampoco hay sembrados de maíz o patatas donde alimentarse y buscan lombrices, bulbos y xunza en los prados y jardines. En el mismo centro de Burela han sido vistos, o rebuscando en los contenedores de basura, como en el caso reciente de Ribadeo.

Al contrario de hace unas décadas cuando lo habitual era toparse con animales solitarios, los cazadores afirman que la situación ha cambiado y es común ver grupos de animales, generalmente hembras con varias camadas. La abundancia de jabalíes podría deberse a la menor incidencia de la peste porcina africana, que los diezmaba, con contagios cruzados de los cerdos domésticos.

Así, los jabalíes, junto con los zorros, son hoy mayoría entre los animales salvajes atropellados por vehículos. Son animales imprevisibles y pueden irrumpir en la calzada en cualquier momento. Por ello, hay que extremar la atención al volante, en especial los días en que son ojeados o los domingos y festivos que se organizan los ganchos para las batidas. Los sustos entre los conductores son habituales.

Un cazador experto reconoce que el jabalí es ya una plaga pues "de noite atópalos en larada e diante deles corres perigo de acabar co coche nun terraplén". Ahora, apenas se resguardan de día en el monte y de noche van a áreas pobladas. "Móvense estratéxicamente", indica.

Muchos tecores agotan con facilidad los cupos, ampliados por la Xunta al igual que las fechas hábiles. En Alfoz, por ejemplo, las 4 cuadrillas ya cubrieron los 30 precintos asignados a cada una.

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