La muerte de un perro lleva a la Guardia Civil a 22 cebos envenenados en Ribadeo

Investigado un vecino por un supuesto delito contra la flora y la fauna, por depositar en una parcela de Regueira 22 cebos de maíz mezclados con un producto fitosanitario que supuestamente causaron el fallecimiento del can y de varios cuervos

photo_camera Sustancia hallada en la finca. EP

La Guardia Civil atribuye un supuesto delito contra la flora y la fauna a un vecino del municipio de Ribadeo que depositó un preparado en una parcela que causó la muerte a varios animales por lo que parece un envenenamiento. El vecino, en calidad de investigado, ha sido puesto a disposición judicial.

Los hechos se remontan al pasado mes de abril, cuando una vecina de la localidad sospechó que la reciente muerte de uno de sus perros podría tener relación con la indigestión de cebos envenenados, algo que comunicó a la Guardia Civil.

Sucedía en las inmediaciones de la zona conocida como A Regueira, donde la afectada suelta a sus dos cánidos de la correa para que corran libremente antes de regresar a casa. Al cabo de unas horas observó que uno de ellos parecía enfermo y al ver que empeoraba lo llevó a un centro veterinario ribadense, donde le indicaron que presentaba síntomas de envenenamiento y que estaba muy grave.

El animal falleció horas más tarde en la clínica citada, motivo por el cual la mujer informó sobre lo sucedido a la Guardia Civil.

El instituto armado inició una investigación inspeccionando la zona indicada por la vecina y tras varias jornadas de búsqueda infructuosa encontró los cebos colocados en una finca de unas seis hectáreas de terreno. Eran 22 montones de maíz impregnados de algún tipo de sustancia líquida, al lado de los cuales había trozos de una sustancia pastosa similar al tocino de cerdo mezclada con granos de maíz. En las inmediaciones hallaron además varios cuervos fallecidos, dos recientemente.

Los guardias recogieron muestras para su análisis y contactaron con el servicio de agentes de Medio Ambiente de la Xunta para remitir las muestras al laboratorio. Fruto de las pesquisas identificaron al presunto autor, quien manifiesta que fabricó los cebos macerando maíz en un producto fitosanitario durante la noche para colocarlos después en la finca.

Los agentes le comunican que la supuesta ingestión de los cebos envenenados que él había colocado causó presuntamente la muerte de un perro y de varias aves.

Los resultados de las analíticas y necropsias practicadas acreditan la muerte de los cuervos por envenenamiento. Hallaron restos del mismo principio activo en los cebos y en los cadáveres de los animales, aunque no ocurrió así en el caso del perro, donde las analíticas no revelaron la existencia de veneno alguno, si bien el veterinario que atendió al animal detectó síntomas inequívocos de envenenamiento previos al fallecimiento.