Cuando la patrulla llegaba al lugar observó un turismo parado cuyo conductor hablaba por teléfono, al que preguntó si estaba involucrado en algún accidente. Este les dijo que hacía una llamada y que al acabar seguiría hacia su domicilio.
A unos 500 metros localizaron un automóvil que había sufrido una salida de vía por el margen derecho colisionando con unos árboles y otro coche parado en el margen izquierdo de la vía. Los ocupantes del primer turismo manifestaron que el otro conductor circulaba por la izquierda y que les obligó a salirse de la vía para evitar la colisión frontal. Además, indicaron que huyó "a la carrera" al advertir que hacían gestiones para avisar de lo sucedido.
Los agentes iniciaron la búsqueda hallando de nuevo en otra carretera cercana, estacionado y con las luces apagadas el vehículo con cuyo conductor habían hablado antes de localizar el siniestro. Tras varias respuestas dubitativas e ilógicas, reconoció que había recibido una llamada de un familiar para que lo recogiese por esa zona, ya que había sufrido un accidente.
Abortada la posibilidad de abandonar el lugar auxiliado por su familiar y pasados unos minutos, los guardias localizaron al conductor huido saliendo de unos matorrales próximos en los que se había escondido.
Los agentes realizaron la inspección ocular del lugar, tomaron manifestación a los implicados y analizaron las pruebas, tras lo que investigan al conductor huido como supuesto autor de seis delitos: conducción temeraria, lesiones graves por imprudencia, abandono del lugar del accidente, superar las tasas de alcohol (0,91 milígramos por litro de aire espirado), pérdida de todos los puntos del carné, por lo que perdió el permiso en 2015, y quebrantamiento de condena al conducir un vehículo tras perder la licencia por sentencia judicial por un plazo superior a dos años.
La Guardia Civil recuerda que todo conductor causante de un siniestro en que exista fallecimiento o lesiones graves de alguno de los implicados tiene la obligación de permanecer en el lugar. El abandono, antes de que lleguen los agentes, se castiga con penas de prisión de seis meses a cuatro años de prisión y la privación del derecho de conducir vehículos o ciclomotores por un periodo de entre uno y cuatro años. Además, del ingreso en la cárcel el conductor involucrado se expone a sanciones económicas. Ante la gravedad de los hechos, los agentes procedieron al comiso cautelar del vehículo y su puesta a disposición de la autoridad judicial.
