La investigación del galeón de Ribadeo apunta a un pecio "único"

Tiene características constructivas "nuncas antes detectadas en barcos dela época", dice San Claudio en el foro de arqueología de Viveiro
Ainhoaa López y Miguel San Claudio, en las Jornadas de Viveiro. C. L. F.
photo_camera Ainhoaa López y Miguel San Claudio, en las Jornadas de Viveiro. C. L. F.

Las terceras Jornadas de Historia y Arqueología Marítima Ciudad de Viveiro que organizan el Concello y la Federación Española de Actividades Subacuáticas (Fedas) arrancaron con ponencias de interés para la comarca como la del arqueólogo subacuático Miguel San Claudio con las últimas investigaciones del galeón de Ribadeo o Santiago de Galicia, que permiten avanzar en el conocimiento de este yacimiento único en el mundo y que revelaron características constructivas "nunca antes detectadas" en barcos de su época.

"Es una pieza única porque nunca en la historia se había encontrado un barco de estas características, un galeón español del XVI construido ex profeso para la guerra que no ha sido afectado por el expolio, contaba Miguel San Claudio en el inicio de su ponencia, que introdujo la presidenta de la Asociación de Amigos El Galeón de Ribadeo, Ainhoa López.

Tras su hallazgo en 2011 durante un dragado en la ría hubo diversas intervenciones para establecer su valor, cronología y grado de conservación, la primera ya en 2012. En 2015 se obtuvieron muestras de la madera para datar el barco e intentar establecer la procedencia de los materiales, que ofrecieron resultados en Nápoles —donde según la documentación histórica fue construido el navío— y en Albania, este último resultado en fase de estudio actualmente. En 2018 se hicieron sondeos en varios puntos para "aprender a conocer la estructura constructiva de este pecio", que se ampliaron este año y continuarán el próximo.

El barco contaba con un forro de plomo en la parte sumergida para evitar el ataque de organismos xilófagos

San Claudio comentó sobre los últimos trabajos que consistieron en localizar la medianía del barco y analizaron el lastre, que "está compuesto por piedras de tamaño medio, de 15, 20 o 25 kilos, y después con gravas que tienen un origen en ríos como piedras de origen volcánico". Estas últimas se analizaron y se estableció su origen "en el monte Vesubio, procedentes de erupciones del volcán". De nuevo, el vínculo con la zona de Nápoles.

El arqueólogo recordó que se trata de "un barco enorme para la época", de 32 metros de eslora y de una "construcción muy robusta, enteramente en roble, con un espesor de casco de unos 50 centímetros". Las últimas investigaciones permitieron conocer que el navío presenta "características de construcción nunca antes detectadas en barcos de la época", como una cubierta "calafateada, hecha totalmente impermeable". También descubrieron que toda la madera estaba cubierta de brea, "un sistema para protegerla de la acción del agua o del sol", o que el barco contaba con un forro de plomo en toda su parte sumergida "para evitar que lo atacaran organismos xilófagos", una característica que tenían los navíos que iban a las aguas del Caribe.

La documentación histórica indica que el navío fue construido en Nápoles

Otros elementos que se documentan "por primera vez" son los mamparos que dividen y compartimentan el pecio, que son "móviles, fácilmente extraíbles y ponibles. Es un sistema modular de construcción que no había sido hasta ahora documentado en otros buques y que permitía a la tripulación rápidamente variar la configuración interior del barco", detalla. Por otro lado, la aparición de balas de cañón conduce a una cubierta de combate en la que en próximas prospecciones esperan encontrar alguna pieza de artillería, ya que por el momento solo encontraron "elementos auxiliares", además de proyectiles en piedra. Otros objetos hallados son piezas de madera, un pote de cobre, cerámicas o una tapa de una botella o una bota de vino en peltre de la que están analizando el escudo del fabricante.

El barco está "en condiciones de conservación magníficas", dijo San Claudio, pero advirtió de que está en riesgo por la pérdida de la arena que lo cubre al estar situado a apenas siete metros de profundidad en una zona donde a las corrientes se suman las maniobras de los mercantes.

Comentarios