
La plaga de las medusas se dejó notar este sábado de nuevo en Burela, cuyas playas aparecieron cubiertas de una gran cantidad de estos organismos, que eran visibles tanto sobre la arena como en la superficie del agua marina. Alfredo López, de la Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos (Cemma), indicaba por las fotos que podía tratarse de la especie Pelagia noctiluca, a falta de comprobación in situ.
La Policía Local recibió este sábado por la mañana aviso de su aparición en gran número en arenales como el urbano de O Cabaliño. La mayoría eran de pequeño tamaño, aunque también apareció un ejemplar mayor de carabela portuguesa, similar a los avistados este verano, que retiraron los socorristas e incluso obligaron a cerrar al baño puntualmente alguna playa en distintos concellos de la costa. El contacto con esta es peligroso, ya que sus filamentos urticantes miden varios metros. Su picadura es dolorosa y provoca erupciones.
Septiembre es el mes en el que desde hace años suelen llegar en mayor cantidad a las playas, ya que las corrientes marinas desplazan a estos organismos, que proliferan en zonas de aguas templadas. Las altas temperaturas que este verano registró el agua del mar, superiores a los 20 grados, hicieron que apareciesen durante toda la temporada estival. En su gran incremento también influyen la ausencia de depredadores naturales como las tortugas o el aumento de nutrientes.
El pescador Ángel Fernández, que esta semana avistó un tiburón martillo, relató que en los últimos días se habían topado con decenas de carabelas en la superficie marina de la costa lucense.