Imprimir en la ciudad de las letras

Uno de los actos del programa de As San Lucas de Mondoñedo fue la celebración de los más de 500 años de la imprenta en la ciudad y los 152 de Sucesores de Mancebo como referencia
Suso Robles (izquierda), el alcalde, Fernando López con su mujer y su hija, y Luis Fernández Ansedes. EP
photo_camera Suso Robles (izquierda), el alcalde, Fernando López con su mujer y su hija, y Luis Fernández Ansedes. EP

As San Lucas de Mondoñedo vivieron este domingo uno de sus días más culturales con un acto de referencia: la celebración de los más de 500 años de la imprenta en Mondoñedo y los 152 de los Mancebo como impresores. Fue un acto muy emotivo celebrado en un auditorio lleno de gente que sirvió para repasar la historia de la impresión en una ciudad ligada íntimamente a las letras y la historia particular de Fernando López, que a sus 85 años hizo un relato claro de lo que fue su vida al frente de Sucesores de Mancebo.

El cronista oficial de Mondoñedo, Antonio Reigosa, fue el encargado de desgranar la historia de la imprenta en la ciudad, de la que se tiene constancia desde 1495, año en el que se imprimió Confesional ou breve forma de confesión del que es autor Alonso de Madrigal, apodado El Tostado, un incunable que se conserva en la biblioteca de Évora, en Portugal. Reigosa reconoció que desde aquella primera referencia a la imprenta hay un salto de años hasta que vuelve a haber constancia de impresores en la ciudad. Entre 1548 y 1554 se sabe que se instaló Agustín de Paz y a partir de 1850 se fueron sucediendo distintas imprentas que con el paso de los años acabaron por desaparecer. La que perdura, desde 1870 es Sucesores de Mancebo, que empezó en aquel año con Hermenegildo Mancebo.

De su historia más reciente habló Fernando López, que heredó el oficio de su padre y que este domingo acudió al acto acompañado de su mujer y su hija y Suso Robles, su sucesor, del que dijo "lo es todo en la imprenta y amigo".

Muchas páginas se tiraron en esta imprenta, entre ellas más de 40 cabeceras de periódicos, y entre sus paredes Díaz Jácome y Álvaro Cunqueiro no solo imprimieron sus trabajos sino que también los escribieron. Con el acto de este domingo Fernando reconoció que cumplía el sueño que le quedaba, celebrar los 150 años de la imprenta, que se retrasaron por la pandemia. El otro, ya cumplido, era abrir el museo de la imprenta en la Casa dos Coengos.

A estas intervenciones se sumó un coloquio con impresores de la provincia en el que no faltó la complicidad profesional. A Fernando López y Suso Robles se sumaron Pablo Pérez, de Publilar de Viveiro; Ana Chao, de Gráficas Lucenses de Lugo; y Carlos Zoilo, de Artes Gráficas Junor de Vilalba.

En la parte más cultural de la fiesta también se inauguró la exposición de Fuxan os Ventos en el auditorio y se rindió homenaje a Pascual Veiga en el cementerio viejo. Otro de los actos del día fue el encuentro folclórico con las actuaciones, en la Praza da Catedral, de A Subela de Foz, Dambara de Burela, Amado Lar do Valadouro y Asubíos da Chaira de Cospeito.

Este domingo volvió a ser una jornada de lleno absoluto en la ciudad con colas en la alameda y mareas de gente en las calles.

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