Importante éxodo hacia la costa en busca de un poco de sol y playa

La mañana de ayer tuvo un repunte notable de visitantes en muchos lugares, entre ellos el reclamo de As Catedrais, por donde pasaron cientos de personas
Desfile de visitantes, el domingo, en As Catedrais. P.V.
photo_camera Desfile de visitantes, el domingo, en As Catedrais. P.V.

La jornada de este domingo, particularmente la mañana, tuvo un sabor algo diferente en la comarca de A Mariña con respecto a la del sábado. Aunque en ambas el confinamiento perimetral estaba ya levantado, lo cierto es que fue en el domingo, y sobre todo por la mañana, ya que por la tarde la hostelería sigue cerrando a las seis, se notó una afluencia de gente muy notable.

Dicha presencia de gente en las calles fue más notable en localidades como Ribadeo o Foz. En Viveiro hubo también más movimiento por la mañana, aunque este se congeló muy notablemente ya a primera hora de la tarde, porque el tiempo también fue peor en esa parte de la comarca.

Pero antes fue posible ver de nuevo numerosos coches aparcados ante algunos de los restaurantes abiertos que disponen de ese servicio.

También algunas terrazas recobraron por unas horas el sabor que habían tenido y aunque el tiempo no acompañó por completo ya que la temperatura fue bastante baja, se notaron, en general, muchas ganas de salir de nuevo a disfrutar de las terrazas en la medida de lo posible.

El flujo de visitantes en la playa de As Catedrais, aunque no masivo, fue muy notable para un domingo de febrero

Mientras la gente hacía esta primera salida, era muy común ver la presencia tanto de la Guardia Civil como de la Policía Local, que durante todos estos días están realizando una intensa labor de advertencias y educativa. Advertencias para que la gente cumpla las normas y educativa para enseñarles cuáles son esas normas y explicando también en los locales de hostelería lo que tienen que hacer para cumplirlas.

Un lugar que pese a todo lo sucedido sigue mostrando su innegable tirón es la playa ribadense de As Catedrais, a la que ayer favoreció el horario de mareas. Hacia la una de la tarde su aparcamiento principal estaba totalmente lleno. Abajo, en la arena, era mucha la gente que se acercaba a visitar sus famosos arcos, aunque no se produjo ningún tipo de aglomeración y, por lo general, la gente respetaba los núcleos de personas con los que se habían desplazado hasta allí para no amontonarse en los lugares más fotogénicos.

Con todo, el gran flujo de visitantes fue muy notable para un domingo de febrero.

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