Fernando García Cadiñanos 

"Me identifico con el mensaje del Papa, aunque choque con otras sensibilidades"

Con 53 años llega al obispado de Mondoñedo en el doble sentido de cubrir la sede vacante de Mondoñedo-Ferrol y de ser su primera experiencia en ese puesto que enfocará a una  vangelización que emane de la cercanía

 

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photo_camera Fernando García Cadiñanos, en el seminario de Mondoñedo. JOSÉ Mª ÁLVEZ

El nuevo obispo de Mondoñedo mezcla con asombrosa naturalidad la imagen más clásica de un religioso con una actitud personal de cercanía que no es muy habitual y que consigue con un discurso muy claro, pegado al del Papa Francisco, cercano con la gente y que refleja un perfecto conocimiento del mundo actual que seguramente en parte emane de sus estudios de Contenido Social que llevó a cabo en Roma y que se ve que no dejó de poner en práctica porque tiene una idea muy clara de cuál debe de ser el papel de la Iglesia no solo en el mundo actual, sino también en su diócesis e incluso en los distintos puntos de ella.

¿Cómo fue su aterrizaje en el obispado de Mondoñedo-Ferrol?

La verdad es que me siento muy a gusto después de una acogida genial. Estoy muy acompañado y me veo muy querido. Además siento que la gente de la diócesis estaba esperando con deseo la llegada de un obispo, con lo que me sorprendió y esos buenos ánimos, los consejos que la gente me ha dado. Así que estoy agradecido, sorprendido e ilusionado.

Este es su primer obispado, ¿cómo acogió el nombramiento?

Es algo que uno nunca se explica, porque no funcionamos como en el ámbito civil, en que haces oposiciones y aspiras al crecimiento profesional. Nuestro ámbito no es así, no se hace una carrera, sino que lo que se plantea es una llamada a un servicio que en este caso se me hizo a través del Papa y del Nuncio, que es el que te llama. En mi caso, a mediados de junio me lo solicitó el Nuncio y me pidió que cubriese esta diócesis.

Tal vez haya podido hacerse desde entonces una somera composición del entorno, ¿qué impresiones ha podido captar?

La verdad es que no conozco aún la realidad de la diócesis, que es lo primero que tiene que hacer un obispo. Me da un poco de miedo ser el primero en hablar y a veces parece que como viene el obispo, pues en todos los sitios tiene que hablar. Yo creo que los primeros meses, diría que casi hasta el primer año, tendría que ser más escuchar, pero por lo que voy leyendo, por lo que me van diciendo, es una realidad de una diócesis muy plural. No solo en las provincias, en otras particularidades como que hay tres medios muy distintos: el medio rural, el medio marino sobre todo en lo que se refiere al turismo y luego el medio urbano con sus particularidades, que tal vez sea más obrero, no sé si más abierto y plural. Por lo poco que voy viendo, en lo eclesial veo una Iglesia diríamos que muy sencilla en el sentido de austera, con pocos recursos personales también porque los sacerdotes no somos muchos y algo envejecidos... Pero veo a un laicado ilusionado, comprometido, implicado. Creo que se hicieron cosas bonitas en los últimos años porque veo que mi antecesor, Luis Ángel, trabajó mucho en poco tiempo y estructuró bastante bien las cosas. Agrupó a la gente en una forma de trabajo interesante.

"Me da un poco de miedo ser el primero en hablar. Lo que tendría que hacer casi todo el primer año sería escuchar"

Y con esos mimbres, ¿hacia dónde enfocará su trabajo?

Lo fundamental en nuestro trabajo, bajo mi punto de vista, lave, está en la encarnación que define la fe cristiana: que Jesucristo se encarnó y se hizo hombre y en unas circunstancias concretas, en Belén, en un momento concreto de la historia bajo el Imperio Romano con unas particularidades concretas que tenía aquel contexto. Creo que ese estilo es el estilo permanente de todos los tiempos y diría de todos los ámbitos: tenemos que encarnarnos. Para encarnarnos hay que conocer, hay que querer a la gente, que para mí son dos claves muy importantes: saber qué vive la gente, sus problemas, preocupaciones, qué les desvela, qué les ilusiona... Conocerlos. Pero si solo es un conocimiento de ámbito sociológico me parecería también muy escaso. A eso hay que sumar amor. Si solo conoces al otro pero no le quieres, la evangelización no va a surgir. Y eso hay que hacerlo de forma adaptada: Yo estoy en un ámbito rural así que tengo que situarme en ese ámbito y adaptar el Evangelio a esas circunstancias. ¿Qué me toca medio urbano? Pues lo mismo.

Su discurso recuerda mucho al del Papa Francisco.

Me identifico plenamente con su mensaje y creo que es una gracia hacer eso que hace, aunque a veces ese mensaje choca con algunas sensibilidades distintas. Pero a mí personalmente me parece que sus mensajes son muy oportunos y está muy volcado en la conversión pastoral, que es la necesidad de cambiar la Iglesia para vivir mucho mejor las necesidades de este tiempo. Pero me da la sensación de que algunos disienten de esas claves que él tiene en la cabeza. Así que, como obispo, diría que ese el camino que debemos tomar. Me parece que él está acertado en todo lo que habla de la dimensión social de la fe, de la misericordia que tiene que tener la Iglesia, de que una de las claves nuestras es la cercanía y la simpatía al mundo. Y luego está la clave de la experiencia fuerte de Dios. Porque a veces al Papa Francisco se le achaca que es muy populista, pero yo creo que tiene una gran profundidad evangélica y teológica.

"La Iglesia tiene que defender la dignidad de la persona"

A partir de ahora el trabajo de Fernando García Cadiñanos comienza a desarrollarse con muchos desafíos. Uno, no pequeño, es afrontar la falta de sacerdotes y el envejecimiento de los mismos que repercute en muchos aspectos, entre ellos la celebración de las eucaristías.

Poco a poco se fueron haciendo menos misas pero los fieles parecen seguir estando ahí. ¿Podrá desarrollar el trabajo que quiere con estos recursos?

Hay que plantearse si un gran número de eucaristías equivale a una expansión de la Iglesia: ¿Se puede hacer labor de evangelización con lo que hay? Pues yo creo que reducir la fe a la eucaristía del domingo me parecería muy pobre. La misa del domingo es fundamental porque es base para el cristiano, pero no lo único. La Iglesia tiene que desarrollar una actividad muy larga durante toda la semana: acompañamiento de personas, preparación de sacramentos, compromiso con los pobres, formación del laicado, conocimiento de la fe... Eso es muy importante porque deriva en creación de comunidades. Estuve en Neda y dije allí que las iglesias se construyen cuando hay una comunidad que tiene que tener una calidad humana. Donde hay una comunidad se puede y se debe celebrar una eucaristía, pero creo que debemos ir al modelo de los Hechos de los Apóstoles. Ellos van expandiendo la Eucaristía y haciendo Iglesia en torno a ellas, así que considero que debemos empeñarnos en crear comunidades. Y luego la comunidad celebrará su fe los domingos, pero puede ser con una eucaristía o con una celebración de la palabra o una reunión donde sea. O a veces por la tele, por qué no. Pero siempre creando comunidad, porque lo importante es que los cristianos se reúnan, tomen en serio su fe y vean que esa fe no la podemos vivir solos, que hay que vivirla con otros y eso me lleva a reunirme con más personas.

"Tenemos que saber qué vive la gente, sus problemas, sus preocupaciones, qué les desvela, qué les ilusiona..."

¿Ese modelo es sencillo de aplicar en el mundo actual?

Tenemos que tener muy en cuenta el tema de la movilidad. Vivimos en una sociedad donde la movilidad es una característica muy importante. No podemos seguir viviendo la fe como hace cuarenta o cincuenta años, donde el cura ‘estaba’. Ahora la movilidad me lleva al colegio, a la salud, actividades extraescolares, al ocio... Y si me tengo que desplazar, debo hacerlo. Debo educarme y la fe me debe de llevar a esas reuniones con la comunidad allá donde estimemos que debemos estar. Dicho lo cual la Iglesia debe de estar muy presente en todos los contextos. Que no haya misa el domingo no quiere decir que el cura no esté presente. Que la iglesia esté cerrada, puede pasar, pero la actividad pastoral no debe reducirse a la misa de los domingos, porque si eso es así ya digo que no damos abasto. Y desde luego la comunidad se puede reunir cualquier día de la semana, claro.

Se encontrará aquí con una presencia muy fuerte de Cáritas, con la que ya trabajó directamente en el pasado.

Una de las dimensiones fundamentales de la Iglesia es el ámbito de lo social y el compromiso en la sociedad como expresión del amor de Dios. No se puede desarrollar una evangelización auténtica y un asentamiento de la Iglesia auténtico si no hay un compromiso con los más pobres y un compromiso en las implicaciones sociales que conlleva la fe. Creo que debemos de poner el acento, toda la Iglesia, en la dignidad de la persona. Para mí esa es la clave: defender siempre la dignidad de la persona en todos los ámbitos. La dimensión de nuestro compromiso debe estar muy presente. Eso lo realiza Cáritas pero no solo Caritas. Hay otras entidades que alientan ese compromiso social y lo visibilizan como los misioneros, Manos Unidas, el ámbito de los enfermos, de las dependencias, el cuidado de los mayores... Son espacios que no abarca Cáritas pero hay otras estructuras de ámbito eclesial que lo ocupan. Dicho eso, Cáritas es Iglesia que se hace presente en la dignificación del ser humano y para mí fue una experiencia bonita de lectura del Evangelio desde ahí. Es el compromiso concreto de la Iglesia con la sociedad.

"El caso del obispo de Solsona puede hacer que salgamos dañados"

A día de hoy un obispo recién llegado seguro que mira, aunque sea de reojo, lo sucedido con su homólogo de Solsona. Fernando García también lo hace.

¿Pudo reflexionar sobre lo sucedido con este episodio?

(Se estira para pensar). Creo que hoy vivimos en una sociedad donde hay poca reflexión. Por eso es importante lo que hacen los medios de comunicación escritos, que deberían sopesar la información, generar opinión... Ahora vivimos mucho en una sociedad de Twtich, de la imagen... y eso no facilita las cosas. Diríamos que hechos como este se prestan a expandirse por la sociedad por esas características, porque es algo anecdótico, se sale de la norma porque esto no deja de ser una noticia ya que no se da todos los días: es el dueño que muerde al perro. Pero si no se profundiza puede generar que como comunidad eclesial salgamos dañados.

"Nuestra actividad no puede quedar nunca resumida a la eucaristía de los domingos"

Cree por tanto que sí es algo que les perjudicó.

Hay un dato para analizar: En general, los sacerdotes, los obispos, globalmente no estamos bien puntuados en lo que sería el baremo sociológico y en las encuestas del CIS la Iglesia como entidad no suele salir bien parada. Pero luego es curioso que si a la gente le preguntas por el cura de tu pueblo, es muy majo. El obispo que vino el otro día, qué majo eso. Hay una dicotomía ahí a analizar. Pero sí es cierto que esto es noticia y que tiene su repercusión, qué duda cabe.

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