Los hosteleros mariñanos reciben las nuevas medidas anticovid con resignación

"Parece una pesadilla sin fin" alegan muchos de ellos que estaban afrontando la temporada estival con optimismo debido a la buenas cifras 
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photo_camera Las terrazas de Ribadeo, bastante concurridas este miércoles por la tarde pese a que refrescó el día. ÁLVEZ

Como una auténtica puñalada han recibido las nuevas medidas anticovid los hosteleros mariñanos, que ya han perdido la cuenta de las rondas de restricciones que afrontaron. Esta vez llegan además en un momento en el que el optimismo era bastante razonable porque A Mariña estaba registrando buenas cifras de visitantes y saben que si la cosa empeora su economía se podría ver lastrada para todo el año. De momento, muchos esperan a ver cómo se aplican las normas exactamente.

VIVEIRO. El gerente de los hoteles Urban, Ego y del restaurante Nito de Viveiro, Alejandro Balseiro, cree que estas decisiones no podían caer peor que en esta época del año tan decisiva para la hostelería: "Nos desmontan las previsiones de trabajo y se genera más incertidumbre porque estamos a tope de reservas y habíamos contratado más personal para atender a los turistas".

Y no descarta que se produzcan cancelaciones para las próximas semanas. "Puede que hable en contra de mí, pero el que entre ahora a buscar información de Viveiro para venir quizás le alteren estas noticias y alguna cancelación acarreará", opina. Sobre las medidas de acceso que se implantarán, ve algunas excesivas si se pretende controlar vacunaciones o PCR.

"Nunca hizo falta y menos ahora, cuando en teoría hay más gente vacunada, pero tampoco soy un experto ni quiero meterme en ese campo sanitario. Sin embargo, nuestra perspectiva es que estamos ante una pesadilla sin fin, que no se acaba". En opinión de este hostelero, " lo más razonable sería que ahora buscaran a los que son positivos y los metan en casa, como estuvimos muchos confinados, y el resto de la población a funcionar. Tenemos una asistencia sanitaria de calidad y la gente mayor, la que presentaba más riesgo, está vacunada".

FOZ. El propietario de O Rincón do Mis en Foz, Pablo Fernández, entiende que "algo teñen que facer xa que os contactos aumentaron", pero a su juicio "o problema non está na hostalaría", un sector que en el último año "non tivo un mes enteiro sen cambios".

El restaurador esperaba que le pudieran aclarar estos días el mecanismo para comprobar la documentación que tienen que presentar los clientes. "Para nós é un incordio, implícanos facer o labor de policía ou de investigadores", comenta. En cuanto al aforo en su caso "afortunadamente" tienen mucha capacidad en el exterior, "pero é certo que limita moito en xeral aos negocios de Foz. É complicado, porque tés persoal para atender un aforo completo en tempada de verán e atópaste con que vas ter que estar traballando á metade".

BURELA. En el Témola Negra de Burela el temor es a que la gente se quede en casa al tener que estar mostrando el certificado en cada local. "Agora estase traballando ben, pero a ver a partir do sábado", explica uno de los socios del local, José Manuel Pena. En este local tienen un perfil de cliente predominante que está entre los 30 y los 40 años, un grupo que está ahora mismo en plena vacunación, por lo que esperan que "por ese lado non haxa moito problema", aunque el hecho de no contar con terraza limitará considerablemente los clientes que se puedan acercar al bar.

RIBADEO. El propietario de la cafetería Delicias de Ribadeo, Óscar Lombardero, acoge con cierto desánimo estas nuevas restricciones "porque son un mazazo". Sin embargo, cree que "hay que esperar a ver cómo vienen redactadas en el DOG, que al final es lo que vale; pero así de entrada es un lío gordo para nosotros". Explica que en este momento estaban "trabajando bien, y en Ribadeo hay mucha gente", pero estas decisiones le siembran dudas sobre lo que sucederá, espera que "todos cumplan" y también que estas restricciones "duren lo menos posible".

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