Si algo positivo se puede sacar de los momentos de crisis como los que se están viviendo son los gestos de solidaridad de muchas personas. En Ribadeo, una de estas actitudes llega de un bar de los de toda la vida. El hostelero de la villa, Fran Bouza, del bar Bouza, decidió que la imposibilidad de abrir su cafetería no le iba a suponer dejar de atender a sus clientes de siempre. Por eso, cada mañana les lleva a los placeros de la plaza de abastos su café diario. "Foi unha idea que xurdiu de maneira espontánea", reconoce Bouza, "cando se decretou o estado de alarma pensei en toda a xente que viña ao bar todos os días a tomar café e que xa son amigos e que aqueles que seguirían traballando non terían onde ir tomar un café e decidín levárllelo eu".
Además, acostumbrado a la clientela diaria, el hostelero conoce los gustos de cada uno de los placeros, por lo que les sirve a cada cual el suyo: cortados, cafés con leche, americanos, los que lo toman en vaso de cristal o infusiones, hasta aquellas que mezclan tila con manzanilla, por ejemplo. "Tómanos aquí sempre, así que estou acostumado e non me custa facelo ao gusto de cada un", reconoce y subraya que este servicio diario matutino "tamén é unha maneira de seguir en contacto cos clientes e de manterte activo". "É coma unha terapia nestes momentos", dice.
Bouza prepara más de un docena de cafés cada mañana y asegura que le hace feliz ver la respuesta que encuentra en la gente: "O primeiro día colleunos de sorpresa, pero a resposta está sendo marabillosa, así que iso anímame a seguir mentres dure todo isto". .
