Un hogar unido por el atletismo

La pasión de los cuatro miembros de la familia Rodríguez Ares por las carreras hace que sus vidas giren en torno a esta disciplina
Ainara, Marcos, Marisa e Iria, en recta donde entrenan en Mondoñedo. J.M.PALEO
photo_camera Ainara, Marcos, Marisa e Iria, en recta donde entrenan en Mondoñedo. J.M.PALEO

El atletismo es pasión en la familia Rodríguez Ares. La vida en general, y la de cada uno en particular, gira en torno a este deporte. Sus cuatro miembros lo practican con asiduidad, en muchas ocasiones juntos. Es una forma de vida que se ha sido desarrollando con el paso de los años y que poco a poco ha ido enganchando a todos y cada uno de ellos.

El primero que tuvo contacto con esta especialidad es Marcos Rodríguez (Castropol, 1977). En su colegio ya se le daba bastante bien el atletismo y durante unos años estuvo en el Club Atletismo Occidente de Asturias. "Allí coincidí con José Manuel Castrillón y el que luego fue futbolista, Pablo Lago", recuerda. "Pero hacer atletismo en un pueblo pequeño es difícil, no había luces públicas, y si no tienes a alguien que tire por ti...", señala. Por lo que aparcó el atletismo y jugó en el Asturvegandense al fútbol hasta los 16 años. "Entonces ya empecé a trabajar en el restaurante Peñamar y era más difícil tener tiempo para hace deporte", dice. Hoy en día trabaja en Conservación de Carreteras.

A partir de 1999 se fue a vivir a la ciudad episcopal, ya casado con Marisa Ares (Mondoñedo, 1977). Y hubo un momento clave para que él volviera al atletismo. "Yo los sábados trabajaba en un bar en Vegadeo y los domingos en la casa, en la huerta, desbrozando... No había tiempo para nada", dice. Pero entonces fue cuando Ainara Rodríguez (Mondoñedo, 2003), con 8 o 9 años, fue al Campeonato de Galicia. "Me llama desde Pontevedra y me manda una foto subida al podio y yo le dije: ‘Quita de ahí, que eso no es para ti’, pero me respondió: ‘¡No, que fui tercera!’ », relata. "Y fue una alegría muy grande por el resultado, pero una pena por no haber estado allí, y entonces dejé el bar y empecé a entrenar con ella".

Ainara, entonces, comenzó a entrenar con las escuelas de Lourenzá, y mientras lo hacía, un grupo de padres esperaban, parados. "Entonces a alguien se le ocurrió que era mejor correr algo mientras esperaban, y de ahí salió el Club Atletismo Lourenzá de adultos, y fue cuando volví a correr", explica.

Su mujer, Marisa, nunca había corrido, y también se apuntó a correr con otras madres. "En principio era algo medio de broma, pero ahora van a trails de montaña de 25 o 28 kilómetros", afirma Marcos. Lo mismo pasó con Iria Rodríguez (Mondoñedo, 2007), que veía a toda la familia correr y ella se unió a la tropa. "Ella lo vio desde pequeña y también salía con nosotros", explica el padre.

SESIONES A MEDIA NOCHE. Así, la familia se unió en torno al atletismo. Son muchas noches, cerca ya de la medianoche, cuando se puede ver a Marcos junto con Ainara, sobre todo, e Iria, en una recta llana de Mondoñedo, haciendo series. "Y muchas veces lloviendo", reconoce. Ainara ya destacó desde pequeña, desde los 8 años, en un cross en Lourenzá. "Cuando eres pequeña, si entrenas mucho y tienes calidad, vas a ganar todas las carreras, mientras los demás juegan. Cuando ya pasas a cadete, tú sigues entrenando, pero tu margen de mejora es menor, y los otros a los que ganabas antes empiezan a entrenar en serio, y vienen las frustraciones; con Ainara tuvimos que hacer una reestructuración en este sentido", explica el padre.

Fue entonces cuando se pusieron en manos de Julio Ramón González, entrenador de atletismo y jefe de estudios del instituto de Navia. "Él me dijo: ‘Si quieres una niña a la que meta caña y gane carreras, no la entreno; si quieres una niña que se divierta y aprenda, sí’. Y fue una bendición, este año ha sido tercera gallega absoluta en 800 metros y sin quemarse", explica Marcos.

Ainara es una niña que tiene en su haber el récord gallego de los 500 metros en pista cubierta en infantil, ha sido 9 veces campeona gallega y ha participado en varios campeonatos de España y siempre en pruebas de medio fondo, desde el 400 al 1.500.

Marcos reconoce que ha llorado "muchas veces, unas de alegría y otras de frustración, porque soy muy pasional", reconoce.

Es habitual ver a los cuatro correr juntos, ya sea por Mondoñedo o por los alrededores. "Cuando están en pretemporada las niñas, como ahora, con rodajes livianos, que Marisa los puede hacer, pues salimos los cuatro, pero también hacemos muchas rutas de montaña andando, hemos ido a Somiedo, en Asturias, y a Cantabria, por ejemplo", explica.

FÁNATICA DE LAS CARRERAS. Ainara e Iria son diferentes. "Ainara es una fanática del atletismo y del deporte. Está pendiente de todo lo que hace Adrián Ben o Fernando Carro; la pequeña es de otra manera, no tiene la madurez de la mayor, le gusta, se le da bien, pero no es fanática", explica el padre. Iria ha ganado en cuatro ocasiones el Gallego, también en distancias de medio fondo, y tiene como entrenador a Julio Ramón González.

A Marcos lo que le gusta sobre todo es la montaña. "Te marchas por ahí arriba, coronas, pegas cuatro gritos y vuelves mejor que si hubieras estado en el diván del mejor psicólogo", advierte. "Y eso que mi mujer me pega la bronca a veces porque tengo un bloqueo en la rama izquierda del corazón, ya tuve un mareo y no me deja hacer burradas", explica.

De todas formas, Marcos entiende las carreras más por un componente social que deportivo. "Por ejemplo, hace poco fui al Xove Costa Trail y ves a gente que a lo mejor no has visto en un año, hablas con ellos, corres, y luego te tomas un par de cervezas", comenta.

Con quien habla muy a menudo Marcos es con Felipe Barata, una institución en Friol, que acaba de sacar un libro de atletismo y con el que comparte la pasión por este deporte. "A veces llevamos a los niños a correr y yo me quedo escuchando con la boca abierta, porque sabe mucho, y me encanta", concluye.

Objetivos a corto plazo
Ya metidos en pleno mes de septiembre, todos los miembros de la familia van a participar en algunas competiciones. En el caso de los mayores, tanto Marcos como Marisa van a correr mañana en la Media maratón Ribadeo-As Catedrais, una prueba de algo más de 21 kilómetros con casi 800 participantes.

Mondoñedo
También tienen pensado participar, el próximo día 25 de septiembre, en la Carrera Mondoñedo Monumental, tanto Marcos y Marisa como también Iria, algo que les hace especial ilusión por correr en su ciudad.

Comentarios