Para gustos, distintos sabores

El restaurante Fina de Foz cuenta con más de 160 ginebras para ofrecer a su clientela ► El gin tonic y el gin cola son las bebidas preferidas para ampliar la sobremesa en el local
José Rejes, con algunas de las muchas ginebras que tiene en el bar. J.M. PALEO
photo_camera José Rejes, con algunas de las muchas ginebras que tiene en el bar. J.M. PALEO

Más de 160 marcas de ginebra conviven entre las estanterías del restaurante Fina de Foz, un local en las inmediaciones de la playa de A Rapadoira, donde los gin tonic y los gin cola se han convertido en la perfecta manera de terminar la comida. "Non é cuestión só de moda, porque á xente sempre lle gustou e cae moi ben despois de comer porque é moi dixestivo", asegura José Rejes, el responsable del local.

Un establecimiento que está a la última en marcas, "porque sempre nos ofrecen as últimas que saen e a min tamén me gusta traer cando vou a outros sitios e vin con quince distintas das últimas vacacións polo sur de España, pero tamén teño de Portugal", cuenta el dueño.

Unas botellas a las que se suman más de una veintena gallegas entre la mucha variedad, con el fin de contentar a un extensa y variada clientela. "Hai para todo tipo de público, pois hai quen se queda co clásico e a quen lle gusta cambiar" y es que el sabor y el precio hacen que haya muchas diferencias. En lo que sí parece haber unanimidad es en la forma de prepararlo, pues los clientes del restaurante Fina es, en su mayoría, de los que prefieren la simplicidad en la copa. "Unha rodaxiña de lima ou limón do país coa cascariña que solta o seu ácido vai moi ben", cuenta Rejes.

La crisis del covid y la del euro hace que la gente salga cada vez menos de copas al estilo clásico, pero si gusta prolongar las sobremesas con amigos con un digestivo, algo que se ha visto mermado en estas navidades, en que ha habido anulaciones en un mes que se presentaba bueno.

Algo que lamenta Rejes, aunque bien sabe que el invierno en la comarca nada tiene que ver con el estío. "O verán pasado foi moi bo, pero tamén o anterior, con xente de moitas partes de España, porque eu teño o costume de preguntar", cuenta José Rejes, al frente de un local renovado con capacidad para cien comensales en interior y setenta en terraza.

Un local familiar en el que además de Rejes y su mujer están sus dos hijos y sus parejas, lo que lleva casi a que la cocina no cierre. "No verán xa é difícil, pero tamén no inverno, pois como estamos aquí o mesmo nos dá poñer unha caña que facer unha ración", explica sobre un local que abrió hace más de tres décadas.

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