"La gente de fuera pasaba más de la mascarilla en la playa que los del pueblo"

La socorrista Bárbara Blasco, que estuvo en Llas, asegura que los veraneantes eran más reacios a cumplir las normas anticoronavirus
Bárbara Blasco (izquierda), junto a dos compañeros, en Llas. J, Mª ÁLVEZ
photo_camera Bárbara Blasco (izquierda), junto a dos compañeros, en Llas. J, Mª ÁLVEZ

Numerosos socorristas de la comarca pusieron este lunes punto y final a su trabajo en el verano más raro de los últimos años. La presencia constante del Covid-19, con la obligatoriedad de usar mascarillas hasta en la playa, complicó a los encargados de velar por la seguridad en los arenales, que, con el paso del tiempo, dejaron de ejercer como improvisados policías para prestar mayor atención a las zonas de baño, con el fin de impedir que se produjeran problemas en el agua.

Bárbara Blasco Alía se estrenó este año como socorrista en el municipio de Foz, aunque está lejos de ser una novata en las playas mariñanas, ya que llevaba ya tres años ejerciendo en Barreiros. La joven se mostró muy satisfecha con la experiencia, destacando sobre todo el buen ambiente de trabajo y la facilidad que le dieron sus compañeros a la hora de realizar su labor. "Al final me queda una sensación muy buena, ya que el trabajo y el trato con mis compañeros fue excepcional y tuvimos todas las facilidades por parte del Concello de Foz para realizar nuestra labor, pero la verdad es que fue un verano un tanto raro, sobre todo por el uso de la mascarilla que a veces nos complicó un poco".

La socorrista asegura que los primeros días después de instaurarse la obligación de la mascarilla fueron los más complicados, sobre todo porque la gente no tenía muy claro cuando debía ponérsela. "La verdad es que al principio del verano nos pasamos mucho tiempo explicándole a la gente como debían utilizarla (la mascarilla), después la cosa fue mejorando y además también dejamos de ejercer como policías para centrarnos más en el trabajo de la zona de baño, sobre todo en una playa como Llas, que puede ser potencialmente peligrosa si los socorristas no estamos al tanto de los bañistas", asegura Blasco, que, no obstante, vio diferencias importantes entre los playistas a la hora de aceptar sus consejos sobre la mascarilla.

"Alguna gente se enfadaba cuando le decías que tenía que ponérsela. Debo decir que los mayores problemas nos los dieron la gente de fuera, la del pueblo estaba mucho más concienciada y no hacía falta decirle nada", afirmó.

Pese a las normas para impedir la transmisión del Covid-19, Bárbara Blasco cree que la asistencia a las playas fue igual de concurrida que otros años, por lo menos en Llas. "En los primeros días sí que se retrajo algo la asistencia, pero poco a poco la gente se fue animando y hubo días de muchísima gente", señaló la socorrista, que también cree que el buen tiempo la temperatura del agua ayudaron bastante. "Yo no me suelo bañar mucho porque no soy de aquí y suelo encontrar el agua muy fría, pero este año fue todo lo contrario, en general la gente hablaba de la buena temperatura", aseguró.

A Bárbara no le cabe ninguna duda de que estaría encantada de repetir el próximo verano e incluso asegura que "además de que todo fue muy bien pude ganar en salud, ya que vine desde mi casa a la playa todos los días patinando".

PROTECCIÓN CIVIL. Por otro lado, voluntarios de Protección Civil vigilarán las playas de Llas y A Rapadoira hasta el domingo, porque esta semana aún queda gente, pero recuerdan que no son socorristas profesionales, sino que un servicio preventivo.

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