Todo lo descubierto del galeón hundido en la Ría de Ribadeo

Finaliza la expedición subacuática que investigó el pecio de la Armada de Felipe II hundido frente a la lonja ribadense

Un buzo inspecciona el galeón de Ribadeo. ARMADA
photo_camera Un buzo inspecciona el galeón de Ribadeo. ARMADA

El galeón Santiago de Galicia descansa a unos seis metros bajo el agua justo frente a la escollera del Eo, donde se encuentra la lonja de Ribadeo. El viernes concluyó una expedición de carácter internacional financiada con 20.000 euros por la Consellería de Cultura en la que participaron algunos de los mejores expertos en arqueología subacuática que se pueden encontrar hoy en día. El responsable de todo era el arqueólogo subacuático Miguel San Claudio, quien dice que el equipo está a la altura del yacimiento que se investigaba y que aún está en buenas condiciones. A falta de conocer todos los pormenores de la investigación, ya es seguro que una de las cosas imprescindibles que propondrán a la Xunta es que los restos se tapen con una especie de malla protectora para evitar que sigan deteriorándose. Y eso que el propio San Claudio dice estar admirado de cómo se conserva el galeón teniendo en cuenta que se fue a pique en el año de 1597.

Uno de los objetivos con la expedición era saber más de la construcción de buques de la época. Este era un barco de guerra, por eso comprobaron con asombro que la madera que lo formaba tenía una profundidad de quince centímetros y viene del sur de Italia, donde se construyó. Necesitaba poder hacer frente a los cañonazos. De hecho, las investigaciones históricas ya constatan que, tras pelearse con varias tormentas camino de Irlanda, tuvo que pelearse también con un par de barcos de guerra que le atacaron por el camino: "El Santiago se metió en Ribadeo y estaba tan mal y la tripulación tan cansada que optaron por dejarlo que se hundiera. Precisamente por eso no hubo víctimas ni hay grandes restos que encontrar". Sobre todo son botijas y mucha munición de cañón.

Con todo, el buque es un testimonio vivo de la impresionante ingeniería en construcción de buques el siglo XVI. Sobre todo porque Ribadeo tuvo la suerte de que ahí se encuentre la nave capitana de la expedición, la que mandaba en el resto de la flota.

Como tal, podía llevar "45.000 doblones en oro para pagar a la marinería", aunque añade inmediatamente que no hay que  ponerse nerviosos porque ese dinero fue algo de lo que retiraron inmediatamente, en caso de que llegase a Ribadeo. Desde aquí su capitán escribió directamente al rey, Felipe II, pidiéndole el retiro "después de 20 años de buen servicio" a la corona española.

El galeón era la nave capitana de la segunda Armada Invencible montada por Felipe II

Pero el San Giacomo de Galicia, su nombre original, es más que una lección de historia semienterrada en  la ría de Ribadeo. Es también una gran oportunidad. Y como tal habrá que saber aprovecharla. Para ello hay que preservarla y eso pasa por colocar esa malla protectora que el arqueólogo explica que es importante precisamente por el lugar en el que se encuentra hundido, sometido a las tensiones de las subidas y bajadas de las mareas mezcladas con las corrientes del río y, por si fuera poco, está justo en el lugar en el que los barcos mercantes que entran en el puerto de Mirasol hacen la maniobra de viraje. Para ello ponen en marcha unas turbinas que generan un gran movimiento de agua que también le perjudica.

De todo esto se habló el viernes en unas jornadas abiertas celebradas en el Teatro que sirvieron para acercar un poco más todo lo que hay alrededor de este galeón al numeroso público interesado. Una de las cuestiones claves es el aprovechamiento del mismo desde un punto de vista turístico, ya que al estar en tan buen estado de conservación puede atraer a una gran cantidad de aficionados al buceo y también de  especialistas dispuestos a conocer y ver in situ algo que no se puede ver en casi ninguna otra parte del mundo.

Una tormenta atrapó al barco frente a Irlanda y, de vuelta, varios navíos de guerra

Así se lo planteó San Claudio al conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, cuando el pasado día 15 les hizo una visita para conocer mejor la historia de este pecio.  Román Rodríguez no concretó nada "á espera de coñecer os resultados dos estudos que saian desta expedición". Un elenco de profesionales que contó con la inestimable colaboración de la Armada Española, que aportó medios técnicos y humanos sin los que todo este trabajo tampoco se habría podido llevar a cabo.

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