El fuego en 2018 en el Roymar pudo empezar en la sala de máquinas

Investigadores del suceso frente a Burela ven útil un circuito cerrado de televisión para vigilar el motor en los barcos sin dotación fija
Tras consumir el fuego la obra muerta, el Roymar se fue a pique. SASEMAR
photo_camera Tras consumir el fuego la obra muerta, el Roymar se fue a pique. SASEMAR

Muchas incógnitas y algunas sugerencias de plena actualidad deja el informe que la Comisión Permanente de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim) ha realizado sobre el incendio y posterior hundimiento frente a Burela del pesquero Roymar, ocurrido en la madrugada del 19 de septiembre de 2018 a 22 millas del puerto mariñano. El volantero había sido construido en A Guarda y su puerto base era Laxe, incendiándose como una tea en pocos minutos. Estaba construido en fibra y era moderno, del 2014. Pese a la rápida propagación del fuego, los cinco tripulantes pudieron pedir ayuda y abandonarlo en una balsa salvavidas.

El fuego probablemente se inició en la sala de máquinas "pero no se ha podido verificar con exactitud la causa" de un suceso calificado ese día como accidente muy grave. El Ciaim indica que "el patrón detectó el fuego al advertir el humo mientras bajaba hacia la cocina desde el puente, donde estaba de guardia. No escuchó la alarma de incendios, que sí oyó otro tripulante en el puente durante el abandono. Es posible que, dado que ya habían llegado a la zona donde iban a largar las redes unas horas después, el patrón relajara la vigilancia de la navegación y no hubiera sido consciente de la alarma, posibilitando que el incendio progresara sin ser detectado. También es posible que la alarma no hubiera funcionado correctamente".

El Roymar realizaba lances cortos a la merluza que descargaba poco después en Burela y esa noche estaba a la deriva, a la espera de comenzar el largado de las volantas sobre las cuatro de la madrugada. El fuego se registró sobre la una y diez. Todos los tripulantes, excepto el patrón que se encontraba bajando por el puente de mando que conducía a la cocina, dormían en una zona de descanso situada bajo la cubierta principal. En la práctica era "a todos los efectos, un camarote, al ser práctica habitual en el buque hacerse a la mar entre semana con permanencias muy cortas en puerto".

Según la investigación, al descubrir el abundante humo que venía de la zona de popa, el patrón avisó a la tripulación e hizo una llamada selectiva digital. La evacuación se realizó con mucha rapidez hacia la balsa salvavidas de babor, pudiendo coger la radiobaliza y el VHF portátil con el que se mantuvieron en contacto con otros barcos. En menos de cinco minutos y de manera correcta estaban fuera del pesquero. Fue el helicóptero Pesca II de Celeiro el que rescató a los dos patrones y tres marineros en perfectas condiciones. Con síntomas de hipotermia leve, los evacuó a Celeiro.

Todos destacaron la rapidez con que se propagó el fuego por toda la embarcación y la imposibilidad de hacerle frente pese a que el Roymar, de 19,25 metros de eslora, estaba construido según las normas de protección de divisiones y estructuras que impiden el paso de las llamas durante la primera media hora y se habían empleado en las últimas capas pinturas de débil propagación de llama. «Según la especificación, las resinas llevaban un 5% de aditivos retardadores de la inflamación», reza en el informe de los investigadores.

El patrón notó el crepitar del fuego, lo que sugiere que "las llamas no estaban confinadas en la cámara de máquina y ya se habían extendido". Porque todo apunta a que se inició en la sala de máquinas pero "no ha sido posible determinar la causa por la que el incendio se extendió tan rápidamente como para hacer inviable cualquier intento de extinción". "Ello pudo deberse –agregan–, a que la protección estructural contraincendios no fuera eficaz, o a que el incendio no fue detectado en los primeros instantes".

De esto debería tomarse lección pues los técnicos indican que "en caso de que la puerta de la cámara de máquinas quede abierta, la eficacia de protección estructural contraincendios en esa zona se reduce, permitiendo que un incendio progrese más rápidamente de lo esperado". Apuntan al efecto chimenea y recomiendan que "para prevenir esto es esencial mantener cerradas las puertas de la máquina en todo momento".

UTILIDAD DE LAS CÁMARAS. Si bien la instalación de cámaras a bordo que plantea la Unión Europea y que ya prueban algunos pesqueros se orienta a la vigilancia de las capturas, sobre todo en el parque de pesca, en esta ocasión el Ciaim las ve útiles para la seguridad en ciertas áreas y barcos como el Roymar que no tenía obligación de enrolar un motorista especializado: "En pesqueros con espacios de máquinas sin dotación permanente, podría ser de gran ayuda disponer de un circuito cerrado de televisión para poder vigilar la cámara de máquinas desde el puente, como medida complementaria de seguridad a las alarmas de incendios, aunque normativamente no sea un equipo exigible".

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