Foz vuelve a vivir el Entroido tras dos años de parón

El desfile fue un éxito de público, parte del cual siguió por vez primera el espectáculo desde gradas tipo sambódromo ► Hubo menos grupos y participantes por el covid, pero no faltó el ingenio, el buen humor y las muchas ganas de fiesta
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photo_camera Entroido en Foz. JOSÉ MARÍA ÁLVEZ

Un paso más, y de gigante, es el que dio Foz para conseguir que una de sus fiestas más emblemáticas, el Entroido, logre ser reconocido de interés turístico gallego. En un año muy difícil, donde el covid marcó los tiempos y hubo poco margen de maniobra, la localidad demostró que el ímpetu de los focenses y sus ganas de fiesta no hay pandemia que los tumbe.

El rey y sus "damos" inaugurando una fiesta en la que, con mascarilla y sin turutas, triunfaron las ganas de pasarlo bien.

Con un día espectacular, en el que el sol se alió con los mariñanos y con los disfraces más escuetos, el puerto volvió a ser el punto de encuentro y reencuentro, aunque se echó de menos a algunos y otros sustituyeron sus espectaculares carrozas por otras más discretas. Lo que no faltó fue el buen humor y el ingenio, claves para el éxito de una fiesta.

El rey y sus "damos" inaugurando una fiesta en la que, con mascarilla y sin turutas, triunfaron las ganas de pasarlo bien.

Un desfile que este año parte del público pudo seguir sentado en unas gradas, tipo sanbódromo, una solución para evitar las aglomeraciones por las calles, y que gustó mucho y en la que el humorista Isi y el conocimiento local de Juan Varela se encargaron de presentar a los participantes.

El rey y sus "damos" inaugurando una fiesta en la que, con mascarilla y sin turutas, triunfaron las ganas de pasarlo bien.

Un recorrido que abrió la carroza del rey, Alfalfa, que lo dio todo durante el desfile, en el que tuvo a su incondicional Chamaco al lado como cada Carnaval, y al presi de los Moletes al otro, como es natural pasándoselo en grande sobre una carroza galáctica.

Al lado de la misma marchaban apostados el resto de la formación, que fueron también los encargados de dar el pregón, en el que tiraron de ingenio apostando por las Tanxugueiras. Su archifamosa Terra fue la banda sonora en algunas de las interpretaciones de varias de las comparsas, que vistieron a Foz de colorido, plumas, lentejuelas y brilli brilli, tanto que si no fuera por las obligatorias mascarillas se podría incluso pensar que la normalidad ha vuelto, y ojalá sea para quedarse.

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Los acompasados bailes de las diferentes formaciones, que tuvieron que sustituir las turutas por percusión y que además de Foz se desplazaron de otros concellos limítrofes, se mezclaron con las arriesgadas apuestas de parejas, como las mariposas, o individuales, como un gigantesco girasol hecho de pipas pegadas con mimo y paciencia.

El rey y sus "damos" inaugurando una fiesta en la que, con mascarilla y sin turutas, triunfaron las ganas de pasarlo bien.

Las series de televisión también tuvieron su hueco y a los clásicos como el Equipo A se sumaron últimos éxitos como El juego del calamar. El lejano espacio y la cercana vida de la realeza española tuvieron su hueco con grandes dosis de humor y mucho trabajo por parte de un jurado, que lo tuvo igual de difícil que los que se animaron a verlo en la calle, que fueron muchos, muchísimos, porque los mariñanos demostraron su apoyo a una fiesta que gana adeptos y se apostaron para seguirlo en las calles, habitualmente menos transitadas.

El rey y sus "damos" inaugurando una fiesta en la que, con mascarilla y sin turutas, triunfaron las ganas de pasarlo bien.

Mucha cantidad de público pero ninguna incidencia, sin contar la avería del remolque de uno de los grupos clásicos del desfile que, imitando al más allá, se encontraron con los problemas de acá.

El rey y sus "damos" inaugurando una fiesta en la que, con mascarilla y sin turutas, triunfaron las ganas de pasarlo bien.

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