Forofo de Ford, por el Capri

Jacobo Varela tuvo el Fiesta XR2 y restaura ahora un Sierra para legárselo a su hijo pequeño, pero sobre el Capri 2.8 V6, al que dedicó siete años de repaso completo y pasea por Benquerencia, asegura categórico que "é meu"
Jacobo y el Capri, en Barreiros. X.L.
photo_camera Jacobo y el Capri, en Barreiros. X.L.

Por la mirada del Capri y de Jacobo deducimos que congenian bien, se les ve a gusto. No siempre ocurre esa simbiosis máquina-humano, y por ello recuperamos esta foto de su paso por la última concentración de Retroclásicos de Barreiros que, por cierto, ya tiene fecha para su edición del 2023: 19 de agosto.

Jacobo es de los lucenses fieles a la Costa, un habitual de Benquerencia y la calle Balea, mecánico en First Stop Palacios Total Car de O Ceao, con otro servicio también en el municipio barreirense. De jovencito comenzó en el taller de su tío y un cliente llevó el Ford a reparar, pero al descubir que costaba un pico arreglar sus problemas de culata, allí se quedó, con pinta de GT. Lo compró el dueño del taller.  

Sus ‘ruedazas’ eran muy distintas a las del Peugeot 505 paterno. "Agora teño 43 anos pero en 1994 era un cativo e aquel coche impactoume así que arreglámolo e pasei moitas anécdotas. Meu tío non tivo fillos e durante sete anos o fun restaurando pouco a pouco, desmonteino enteiro e fíxose de cero", explica. Se trata de un modelo de 1981 ya con el motor V6 2.8 y con la inyección de Bosch K-Jetronic, de mayores prestaciones que el anterior V6 de dos litros y alimentado con carburadores. Reconoce que entonces era un coche 'macarrilla' pero no todos tuvieron tal uso pues el Capri costaba un dinero y se vendieron muchos, fabricados sobre todo en Inglaterra, donde tuvo mucho éxito, y en Alemania.  

El V6 2.8. X.L.
El V6 2.8. X.L.

Con la base del Cortina y motores del Taunus cuatro cilindros que comenzaban con un modesto 1.3 litros, Ford fue evolucionando un deportivo que, como el Opel Manta, conservaba el estilo estadounidense. Hay quien le llama el Mustang europeo pero también quien ve este coupé muy lejos de aquel. Se parecen en su filosofía de tragamillas... y traga gasolina. "Daquela era barata pero recoñezo que é difícil baixalo dos 14 litros aos 100 quilómetros", dice Jacobo. Aunque pese poco, en comparación con otros carros posteriores o los actuales bloques híbridos.

La segunda generación competía con los Opel Manta, como este visto en Vigo. X.L.
La segunda generación competía con los Opel Manta, como este visto en Vigo. X.L.

Al Capri, con una larga carrera de tres ediciones, tardaron en ponerle el cambio de cinco marchas y al final hubo un turbo de 200 caballos pero, aunque lo sacaron muy preparado a los circuitos, el de calle siempre conservó ese tacto flotante americano, entre otras cosas porque atrás va sobre un eje rígido con ballestas. 

El de Jacobo lo tiene brillante tras todo el trabajo de chapa y ajuste del motor, además de unas llantas que consiguió en Inglaterra, réplica de las del Capri RS 2.600. Este modelo especial V6, pensado para hacer frente a BMW y Mercedes en los circuitos, "págase agora por riba dos 90.000 euros", dice Varela. Incluso hicieron uno de rallys que llevó Walter Rohrl, especialista en coches delicados como el 037 de Lancia.

Este lucense lo tiene para los domingos, quedar con los amigos y las concentraciones, donde se ven algunos Capri más, aunque suelen ser del motor 2.000 y cuatro cilindros en línea. Como todos eran gastones, mejor el gordo para coleccionar.

La vida diario la soluciona un Audi A4 diésel Quattro. Es forofo de Ford por influencia del Capri, de hecho su primer coche fue un Fiesta XR2 y tiene también un Sierra 2.000 Injection de primeira generación del 1982 que restaura como réplica de un Cosworth. "Será para o meu cativo de 7 anos, o día de mañá, pois vexo que lle gustan os minicares e imos ás pistas de vez en cando, pero o Capri é meu", remacha.

Seguramente acabaremos viéndolos, cada uno en su volante, en las concentraciones. Esta Navidad, el día 25, hay otra de clásicos en Lugo, la quinta concentración benéfica de clásicos históricos en la Praza da Soedade que organiza la Asociación Lucense de Automóviles Antiguos.

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