El Ford Escort de la era del turbo

Adrián y Lorena comparten desde San Cosme su pasión por los rallys y coches, coleccionando alguno como el RS Turbo o el Subaru Impreza
Adrián Prieto Lobato y Lorena Prieto García con el coche Ford Escort R5 turbo. X. LOMBARDERO
photo_camera Adrián Prieto Lobato y Lorena Prieto García con el coche Ford Escort R5 turbo. X. LOMBARDERO

En puertas del rally de A Mariña y aún con la emoción que les dejó el Rally Festival Hoznayo, más conocido como la subida a Trasmiera (Cantabria), Adrián Prieto Lobato y Lorena Prieto García son ejemplo de afición por los coches y las carreteras de antes, en las que crecieron y todavía aportan diversión las primeras generaciones del Escort, con tracción trasera. Son, nunca mejor dicho, unos clásicos de las vías del norte pero el Ford que llegó al gran público, a la conquista de mercados europeos fue el tracción delantera MK3 y por eso mucha gente se identificará con él. No obstante, se cotiza ya como un pastel automovilístico si es el Cosworth 4x4 o al menos montaba el turbo, caso de los RS como este de nuestros protagonistas.

Motor del Ford Escort RS turbo. X. LOMBARDERO
Motor del Ford Escort RS turbo. X. LOMBARDERO

Originario de los Oscos, cuyos espacios permitían probarse al volante desde joven, ya fuera en turismos o 4x4, Adrián supo del Ford blanco por mediación de un tío suyo, camionero que tenía un conocido de la misma profesión y lo guardaba en un garaje de Barcia, en la montaña de Luarca. Y a por él que se fue, pero se trajo un lote de coche y dos despieces del mismo modelo. "É do 1988, así que máis vello ca min, pois eu teño 32 anos, pero gústanme os coches antigos, non os de agora con tanta electrónica", dice.

Parte de atrás del Ford Escort R5 turbo de Adrián y Lorena. X. LOMBARDERO
Parte de atrás del Ford Escort R5 turbo de Adrián y Lorena. X. LOMBARDERO

No compite en nada pero, si puede, no se pierde un rally y va a todas las concentraciones que puede, porque la gasolina la lleva en la sangre. "Todos teñen un R-5 pero eu quería un Renault 11 turbo, sempre me gustara este; pero saíu a oportunidade de comprar o Ford. Convenceume, son dun tempo, anda ben, ten suspensión independente con amortiguadores Koni", explica. También le gusta porque "agarra bastante e ten nervio, non coma outros atmosféricos que non andan nin para atrás. Aparte, o consumo tampouco é tanto, sobre un dez ou así, indo normal. Fanlle falta voltas pero ás 4.000 xa ten brío". A diario suele coger el Ibiza de Lorena o un Subaru Impreza que se compró en 2003 de capricho en Tineo (Asturias). "É azul, coas llantas doradas, baquets, alerón... pero á miña muller también lle gusta o Ford e vén comigo aos rallys".

Adrián Prieto con su Subaru azul. X. LOMBARDERO
Adrián Prieto con su Subaru azul. X. LOMBARDERO

Le tiraba el 4x4 y tuvo dos Suzuki, un Samurai y Jimmy con motor 1.6 del Baleno, pero "desfíxenme do monte, xa me chega traballar toda a semana nel pois manexo unha procesadora forestal de Edelmiro López e teño coche de empresa", explica. También le gustan los Mitsubishi Evo que tantos éxitos cosecharon en los rallys pero si tuviera que darse el capricho de verdad con uno similar apostaría por algo anterior: "O Renault 5 Alpine cu gordo, eu son de coches antigos máis que dos modernos".

Adrián Prieto posa con un coche de rally en la subida a Trasmiera. X. LOMBARDERO
Adrián Prieto posa con un coche de rally en la subida a Trasmiera. EP

La pareja es asidua a pruebas como la de Trasmiera, donde se juntaron esta vez 110 coches de carreras y pilotos de renombre. Allí se fotografió y observó los detalles de los Audi Quattro S1 o los Peugeot 205 Proto o 206 WRC. En ese tipo de festivales del motor no solo se pueden ver rarezas como un Seat Fura Crono Grupo B, Porsche de varias preparaciones, Opel Corsa GSi del grupo A, los Lancia Delta HF Integrale, BMW M3 o Citroën ZX Gr. A, también pilotos como el finés Jari-Matti Latvala, que trajo un Celica GT4, o el propio Dani Sordo, inscrito con un Escort MK2.

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