Fidelidad a San Blas y a su protección

La capilla estuvo repleta y cientos de personas cumplieron el rito de frotar pañuelos al santo para pasárselos más tarde por sus gargantas

Un instante de la celebración en la capilla de San Blas. JOSÉ Mª ÁLVEZ (Foz, Vilaxoane)
photo_camera Un instante de la celebración en la capilla de San Blas. JOSÉ Mª ÁLVEZ

Es difícil calcular la cantidad de personas, de fieles, que pasaron este domingo por la capilla de San Blas, en el barrio focego de Vilaxoane. Se puede hablar de cientos. Por poner un dato fehaciente, servido por la organización, se vendieron más de 3.000 panes benditos de San Blas, lo cual ya acredita el éxito de unas fiestas que este domingo pusieron el punto y final, pero que comenzaron el pasado lunes.

Como si el santo hubiera ordenado una tregua, el día nació en Foz frío pero despejado. Según fueron pasando las horas, la temperatura subió y mostró su cara más amable para congregar a muchas personas en torno a la capilla de San Blas. Hubo misa a las 12.00, con un cartel de completo y con gente fuera de la capilla escuchando, o más bien intuyendo, las palabras del nuevo cura. A las 13.30 horas hubo otra nueva misa, que fue seguida de una procesión. Ya antes, a media mañana, la organización tuvo que encargar otros 800 panes benditos a la Anduriña, la confitería que los elabora, porque los 2.500 previstos se habían quedado cortos.

Durante toda la mañana, los fieles fueron a frotar al santo con sus pañuelos y luego pasárselos ellos mismos por la garganta. Otros tomaron la imposición del santo. Y no todos eran de Vilaxoane, o de Foz: los había que venían de Abadín y de otros puntos de la comarca.

Cesarina Fanego, Nois: Venimos siempre que podemos, porque San Blas es abogado de la garganta y mi marido tiene problemas de garganta

Era el caso de Cesarina Fanego, esposa de Rubén Blanco, dueño de Pescados Rubén, que estaba en la parte posterior de la capilla, esperando a su marido. "Venimos todos los años que podemos, porque San Blas es abogado de la garganta y mi marido tiene problemas de garganta", explicaba la ferviente seguidora del equipo femenino del Pescados Rubén FSF. "Él lleva operado varios años y de momento funciona, mira lo bien que está", decía señalando a su marido, que venía de bendecir el pañuelo que llevaba al cuello.

DEVOCIÓN Y TRADICIÓN. "Yo padezco de la garganta y estoy obligado a venir", decía Rubén. "Aquí hay devoción, tradición, y la gente viene porque algo hace, no sé el qué, pero algo hace" añadió, refiriéndose al santo.

Lola López, Foz: Antes venía con mi madre y mis hijos; ahora mis hijos no vienen pero yo les llevo el pañuelo y se lo paso por la garganta

Juan Ramón López, Vilaxoane: Yo nací en este barrio y lo recuerdo de toda la vida; lo de los bollos es más reciente, pero también lleva muchos años

Lola López se casó en Foz hace 33 años, aunque es natural de Tapia. Desde que está aquí nunca ha fallado. "Primero venía con mi madre y con mis hijos; luego, mi madre falleció y mis hijos ahora no vienen, pero les llevo los panes y les paso el pañuelo por la garganta", explicó la asturiana, que recordó que en su pueblo de nacimiento también había una capilla de San Blas "por lo que conozco la tradición desde pequeña".

Otro de los asiduos a la fiesta es Juan Ramón López, vecino de Vilaxoane, que es de los fieles "y siempre que puedo vengo". "Yo nací aquí y lo recuerdo de toda la vida", apuntó. "Siempre fue una tradición lo de pasar el pañuelo por el santo, lo de los bollos es ya más moderno, pero también se hace desde hace muchísimos años", añadió.

Tras la misa y la procesión, los más animados disfrutaron del dúo Época, que a media tarde aún seguía tocando en la sesión vermú. A las 18.00 horas volvió a ver otra misa para cerrar unas fiestas que terminaron a lo grande.

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