NO ES DIFÍCIL presuponer que organizar una fiesta dedicada a un marisco tan apreciado como el percebe en la localidad de Rinlo en pleno mes de agosto va a ser un éxito prácticamente seguro. Sin embargo no resulta ya tan sencillo visualizar el enorme éxito que está consiguiendo esta cita a cada año que pasa.
Este sábado no fue una excepción, ni mucho menos. El día ayudó mucho. Aunque amaneció con algunas nubes, el sol acabó por adueñarse de la jornada y Rinlo se convirtió en el centro de peregrinación de cientos y cientos de personas que acudieron a disfrutar de esta fiesta en la que se ofrecían 750 kilos de percebe que se vendieron sobradamente.
El éxito en la afluencia de público fue de tal calibre que fue necesario que acudiese hasta la localidad la Policía Local para ordenar un poco el tráfico debido a las enormes colas de vehículos que se iban formando en los accesos a la localidad en incluso en el cruce de la carretera Nacional.
La Policía Local tuvo que acudir a la localidad rinlega para controlar el flujo de tráfico en algunos momentos
No solo se benefició de esta gran afluencia de público la organización propiamente dicha, sino que todos los establecimientos de hostelería de la localidad se encontraron con un auténtico aluvión de gente que durante toda la jornada fueron atendiendo hasta la caída de la noche.
Porque la fiesta se va prolongando desde el mediodía hasta que se pone el sol.
El alcalde de Ribadeo, Fernando Suárez, se mostró muy satisfecho con el resultado que habían obtenido en esta edición "e non podo decir nada que non sexa que foi un éxito total en todos os sentidos".
Pese a la gran cantidad de gente que se dio cita en la fiesta no se produjo ningún tipo de incidente relevante en la jornada
Suárez Barcia destacó también que "a pesares da enorme afluencia de xente que tivemos non se rexistrou ningún tipo de incidente. Todo transcurríu con total normalidade e é para estar máis que satisfeitos de como saíron as cousas".
COMPAÑÍA. Junto a él estuvieron el concejal de turismo, Pablo Vizoso, así como el de medio ambiente, Jorge Díaz Freije, que alternaron el placer de disfrutar de la fiesta con el control propio de sus funciones para que todo saliese lo mejor posible, algo que se consiguió sobradamente.
