El fervor marcó la procesión de la virgen de los Dolores en Viveiro

El desfile constituye el arranque oficial de la Semana Santa en la ciudad, que este sábado pregona el catedrático Emilio Xosé Insua en el teatro
Procesión del Viernes de Dolores vivariense. ANTÍA
photo_camera Procesión del Viernes de Dolores vivariense. ANTÍA

El fervor y el sentimiento que rodea la Semana Santa de Viveiro, declarada de Interés Turístico Internacional, marcaron anoche la procesión de la virgen de los Dolores, primer desfile en que participa una de las tallas más queridas de la ciudad, pues es objeto de devoción durante todo el año en la capilla de la Venerable Orden Tercera (VOT), que organiza esta procesión por el itinerario tradicional. Unas leves gotas de lluvia cayeron al inicio de un recorrido, que culmina con el canto de la Salve ante la iglesia de San Francisco.

Decenas de fieles, dispuestos en filas con velas encendidas, acompañaron un año más esta imagen de la Virgen, de autor anónimo y que data del año 1741 y que salió al filo de las nueve y media de la noche. La talla, que porta un grupo de llevadores con la cabeza descubierta, desfila vestida de gala detrás de la banda TAU, perteneciente a la Orden Tercera. La banda de música municipal O Landro de Viveiro, cierra un desfile que resulta sencillo, como mandan los cánones de la entidad organizadora, de corte franciscano.

La imagen podrá verse en otras procesiones de la Pascua vivariense. Así, el Jueves Santo lucirá con manto bordado en oro mientras que el Viernes Santo viste de riguroso luto por la Crucifixión de Jesús. Tal parece que su vestimenta trasmuta su rostro para reflejar el camino al Calvario, con las tres caídas, que escenifican imágenes articuladas en el Encuentro.

El recogimiento, que es una de las señas de identidad de la Pasión de Viveiro, guió el caminar de los devotos por las calles empedradas en un desfile que conmueve a participantes y a cuantos contemplan su paso. El teatro Pastor Díaz acoge este sábado por la tarde, a las ocho y media, el pregón del catedrático vivariense Emilio Xosé Insua, con broche de la coral Alborada.

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