Una familia que tenía una orden de desahucio en Lourenzá regresará a Riotorto el 7 de abril

El acuerdo fue tomado en el Juzgado de Mondoñedo, adonde acudieron a declarar por el supuesto robo de gasoil en la vivienda.

La pareja junto a su casa
photo_camera La pareja, junto a su casa. JOSÉ MARÍA ÁLVEZ

La familia residente en Lourenzá que tenía una orden de desahucio de la vivienda donde están de alquiler en la parroquia de San Xurxo se marcha definitivamente de dicha casa el 7 de abril. Ese es al acuerdo al que llegaron ayer en el juzgado de Mondoñedo, donde fueron a declarar por el supuesto hurto de gasoil del que la propietaria del inmueble les inculpaba a ellos.


Según explicó la inquilina, M.P. ayer en el juzgado se llegó a un acuerdo por el cual la causa quedó archivada y la familia dejará la vivienda el próximo 7 de abril. Al juicio, dicha familia, que acudió como imputada, fue con dos testigos para alegar que ellos no fueron los que robaron el gasoil. Pero el acuerdo más importante al que se llegó fue que esta familia, compuesta por una pareja y su hijo de 3 años, dejará su actual vivienda, algo que deseaba la propietaria y que ellos ya habían anunciado que harían al sentirse incómodos con toda la situación generada.

La propietaria deseaba que los inquilinos se marchasen, algo que harán el próximo 7 de abril

Los afectados no se irán de la comarca. Regresarán a Riotorto, donde ya estuvieron residiendo durante los primeros meses desde su regreso de Suiza, donde eran emigrantes. En el concello del interior de la comarca vivieron entre febrero y junio de 2017 y allí volverán para iniciar una nueva vida y superar la mala experiencia vivida en Lourenzá durante los últimos meses.


La situación se remonta a principios del pasado mes de febrero, cuando la pareja decidió hacer pública su orden de desahucio que vino derivada de no pagar los dos últimos meses de alquiler y los recibos, acumulando una deuda de 813 euros, según explicaron en aquel momento. El desahucio debía producirse el 26 de febrero.


A partir de ahí se fueron sucediendo acontecimientos y la Xunta les informó de las ayudas a las que podían acceder para hacer frente al alquiler y el procedimiento a seguir en el consistorio. La familia las solicitó y se las concedieron, pero finalmente decidieron abandonar Lourenzá.