El pintor barreirense Isidro Alvariño falleció este viernes y será enterrado este sábado en la más estricta intimidad por expreso deseo de su familia. Isidro Alvariño fue uno de los primeros y máximos exponentes de la pintura de la comarca mariñana en los años 80. Dotado de forma natural para el dibujo y la pintura, siempre recordaba haber pintado su primer cuadro con tan solo diez años.
Fue ese arte innato el que le llegó a la Real Academia de San Fernando, donde adquirió una gran formación técnica que luego fue aplicando para realizar una evolución artística que se plasmó en una enorme variedad de cuadros tan distintos entre sí como los estilos en los que fueron concebidos.
Alvariño pasó del naturalismo al cubismo, del costumbrismo al fauvismo para acabar mezclando en un mismo lienzo estilos diferentes pero consiguiendo siempre resultados sorprendentes que le granjearon una enorme fama ganada a pulso. Dicha fama se catapultó exponencialmente cuando hizo un retrato del expresidente de Estados Unidos Ronald Reagan, del que luego realizó una serie numerada.
Sin embargo ese logro internacional nunca le impidió reconocer que su cuadro favorito era La muerte de mi abuela, en el que dejaba exteriorizar sus sentimientos más íntimos de un pasado en el que todavía estaba aprendiendo el oficio. Un trabajo del que siempre se sintió muy satisfecho y del que admitió haber tenido unos inicios "moi complicados, coma todos", pero del que también admitía sentirse "moi satisfeito".
Aunque la fama de los años 80 fue decayendo con el paso de los años la realidad es que su amor por la pintura no lo hizo y continuó pintando e incluso experimentando hasta hace pocos años. Con su muerte Barreiros pierde a un artista de primer orden.
El funeral será a las cuatro y media de la tarde de este sábado y el cuerpo se encuentra en Tanatorio Peña de Ribadeo.
