Una exposición de trajes tradicionales muestra el vestir de la Galicia pasada

La iniciativa impulsada por El Progreso y la Xunta recala en Ribadeo en colaboración con el Concello y muestra doce vestimentas utilizadas por la mujer antes de la producción industrial
photo_camera Inauguración de la exposición, en la oficina de turismo ribadense. P. V.

Doce espectaculares trajes tradicionales festivos de la mujer gallega de aldea pueden verse en la oficina municipal de información y turismo de Ribadeo hasta el próximo sábado. Es una exposición promovida por El Progreso y un proyecto beneficiario del programa O teu Xacobeo de la Xunta con la colaboración en este caso del Concello de Ribadeo, que acoge la muestra, itinerante, durante esta semana. El horario para visitarla es de doce a dos y de cuatro a siete.

La exposición está físicamente realizada por Traxandaina, una de cuyas integrantes, Teresa Astorgano, hizo de portavoz y explicó de forma amena y rigurosa muchos de los detalles que ocultan estos trajes, que en realidad van mucho más allá de ser una vestimenta como tal.

En algunos casos concretos se refirió a estos trajes, todos ellos de distintos municipios de la provincia de Lugo, como "os vestidos da fame" porque rechazó la imagen "bucólico pastoril que agora nos parecen transmitir e coa que moitas veces os asociamos. Hai que ter coidado porque iso non era así en absoluto".

Se refería Teresa Astorgano a que en realidad los trajes lo que reflejan son las dificultades de las mujeres de aldea gallegas para vestirse e incluso la incomodidad de algunos de esos trajes, con telas "que pican coma o demo". Incluso a veces ni tan siquiera disponían de telares lo suficientemente grandes como para hacer una parte entera y tenían que recurrir a comprar los bajos, que luego ellas cosían a lo que habían elaborado a mano previamente.

La creadora de la muestra, que en 2020 obtuvo el premio Artesanía de Galicia por la recreación de una lensa, que es el nombre que define a la versión lucense de la mantilla, explicó la figura de las "costureiriñas" y cómo gracias a ellas también quedaba reflejada la pujanza de las familias que las contrataban. Las complicaciones en los diseños que elaboraban había que pagarlas, de modo que ese es también un modo de conocer el poder económico de la casa que les había realizado el encargo.

En su inauguración estuvo el alcalde ribadense, Fernando Suárez, junto a la edila de cultura Pilar Otero, el teniente de alcalde Jorge Díaz y las concejalas del PP Begoña Sanjurjo y Marta Sáiz; la jefa del área provincial de Turismo, Paloma Vázquez; y por El Progreso su delegado en A Mariña, Xavier Lombardero, y su director comercial, José María Álvarez Vilabrille.

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