Así se defiende el excura de Trabada y Ribadeo: "El sacristán que no era borderline, era subnormal"

Así se ha expresado para manifestar que la gestión de los templos era caótica a su llegada. Se enfrenta a cuatro años por el robo de piezas de culto

El expárroco de los municipios lucenses de Ribadeo y Trabada, J.E.S.A., se sienta desde este miércoles en el banquillo de los acusados para responder por un delito de apropiación indebida por la supuesta sustracción de numerosas piezas de culto de las iglesias que administraba. En el arranque de la sesión, el exsacerdote negó haberse llevado ningún bien catalogado por las iglesias. Si admitió que pudo sacar algún objeto como un "cáliz para limpiarlo y luego devolverlo". Y que no dejó el sacerdocio por este escándalo, sino que fue una decisión previa muy meditada porque tenía “dudas de fe”.

Más llamativa ha sido su descripción sobre el funcionamiento de los templos cuando él se hizo cargo de la gestión.  "Los feligreses se involucraban en cosas que no tenían que involucrarse", dijo, añadiendo que todos los sacristanes tenían problemas psiquiátricos, “el que no era borderline era submormal profundo”.

Otra de las frases que dejaron huella durante la declaración del ya exreligioso fue su respuesta cuando fue cuestionado sobre por qué los traslados de las restauraciones no los hacían transportitas profesionales: "Contraté a dos hippies en una feria porque me parecieron buena gente".

LA CAUSA. Los hechos se remontan a los años 2008 a 2012, en los que J.E.S.A. ejerció como párroco en varias iglesias de los términos municipales de Ribadeo y de Trabada y en las que, "con ánimo de ilícito enriquecimiento", se "apoderó e incorporó a su propio patrimonio" decenas de objetos religiosos y de culto, imágenes religiosas y muebles y piezas pertenecientes a sus parroquias, explica la Fiscalía en su escrito de acusación. 

Además, el Ministerio Público lo acusa de haber entregado algunas de estas piezas al otro procesado, J.J.O.S.A., un anticuario que "era conocedor de que dichos efectos procedían de las parroquias" que administraba el cura. 

"Muchos de los efectos de los cuales se apoderó el acusado están inventariados", destaca el escrito, que, no obstante, indica que, como bienes de instituciones eclesiásticas, "están sometidos a un régimen de especial protección". 

El Obispado de Mondoñedo-Ferrol recuperó algunos de los efectos sustraídos, mientras que otros, como una imagen de piedra de la Virgen de los Milagros, varios misales antiguos, un manto bordado en oro de la Virgen de los Dolores o cálices de plata, no han sido todavía localizados. Una tasación parcial de algunos de los efectos sustraídos los valora en 25.000 euros. 

Por todo ello, la fiscal considera al expárroco autor de un delito continuado de apropiación indebida, por el que le pide cuatro años y seis meses de cárcel, así como el pago de una multa. Del mismo modo, reclama un año y medio de prisión para el otro acusado, por un delito de receptación.