Contar con "alimentos suficientes y asequibles" forma parte del plan de contingencia que prepara Europa para garantizar el suministro de productos ante futuras crisis. Medidas para salvaguardar la seguridad alimentaria que se llevarán a cabo tras la experiencia del covid, "que fue una crisis sanitaria pero no alimentaria", avanzó en representación de la dirección general de asuntos marítimos y de pesca de la Comisión Europea la viguesa Emilia Gargallo, abogada con más de una década de experiencia en las instituciones comunitarias.
En el marco del pacto verde europeo, Gargallo habló desde Bruselas de la estrategia puesta en marcha hace un año, De la granja a la mesa, en la que apuestan por una dieta saludable para ayudar a lograr una mejora de la calidad de vida y aumentar el valor del alimento en fresco. "El pescado es el que tiene una menor huella de carbono", recordó, destacando la importancia de que se consiga dar "un mayor conocimiento del medio marino" y apostó por el etiquetado de alimentos "para dar a conocer el origen del producto y dar valor a la sostenibilidad, que en la pesca es muy alto". Una revisión de la normativa de comercialización para dar más información y transparencia de su trazabilidad hasta llegar al consumidor.
Gargallo no eludió ninguna de las peliagudas cuestiones planteadas, como la revisión del control de la pesca, "que se toma para la lucha contra el fraude y para impedir la pesca ilegal. Somos conscientes de que es una medida polémica, pero es necesaria su adecuación porque el existente data de 2010". Respecto a las cuotas, alega que "sé que es discutible, pero es evidente que da resultado".
La representante europea adelantó que a finales del próximo año se presentará un informe "con el objetivo de ver la evolución de los efectos de la política pesquera común", pero no se trata de una reforma y servirá para ver el efecto del cambio climático.
