La demanda de celulosa continúa siendo imparable aunque las fluctuaciones del mercado a nivel internacional hacen que los productores de eucalipto, miles de ellos propietarios de la totalidad de los municipios mariñanos, vean cómo en las últimas fechas el precio que se paga por este producto cayese hasta 3 euros por tonelada. Se trata de una situación en la que están expuestos a los vaivenes de un mercado de ámbito internacional en el que el precio baja y sube en función de numerosos parámetros, aunque en los últimos años experimentó, en general, una subida considerable que hace un tiempo hizo que alcanzase su techo histórico.
En todo caso, esta situación coincide con un momento en el que Ence y su factoría de la localidad asturiana de Navia va a necesitar más madera que nunca porque la compañía confirmó que tiene cerrados contratos de venta de celulosa por un volumen de 1,1 millones de toneladas para el presente año. Esto equivale a la capacidad toda de producción tanto en Navia como en Pontevedra.
La mayor parte de los acuerdos de venta alcanzados tienen por destino Europa, un mercado que según fuentes de Ence "ofrece los mayores márgenes de ventas y en el que tenemos fuertes ventajas competitivas logísticas y de servicio".
Esta situación la califican como "un éxito del cierre de las ventas" de la empresa que según aseguran se basa "en la alta calidad de su celulosa" pero también "en la flexibilidad de producción", que hace posible "una mayor adaptación a las necesidades de las empresas papeleras".
A ello se une "la capacidad logística de la empresa y su mayor proximidad a los clientes europeos que permite a Ence beneficiarse de una estrategia de servicio 'just in time' que favorece su sólida penetración en el continente".
CALIDAD. Pero otro apartado fundamental que coloca a Ence en una buena disposición a la hora de conseguir vender el cien por cien de su capacidad de producción es la calidad de la celulosa que fabrican en Navia o Pontevedra, aunque ahora la factoría de Navia se encuentra en una buena situación debido a la ampliación realizada y a los cambios y mejoras introducidos en su proceso productivo.
Desde la propia empresa aseguran que actualmente su celulosa "está acreditada por ser producida con los más altos estándares de respeto por el medioambiente. Así, ambas biofábricas cuentan con la ecoetiqueta medioambiental Nordic Swan, que es una ecoetiqueta oficial de los países nórdicos y la de Pontevedra cuenta, además, con la Distinción Oro de la Unión Europea a su mejora ambiental".
