"Estoy mejor porque hace 20 años que no tengo vida social"

Atrapada en un mundo que casi nadie entiende, la vivariense Maika Vidal, que ahora está jubilada y afincada en Madrid, vive esclavizada por todo tipo de materiales químicos presentes en productos cotidianos: desde la comida hasta al jabón. Aquejada de sensibilidad química múltiple, hace 20 años que no tiene vida social.

La vivariense Maika Vidal. EP
photo_camera La vivariense Maika Vidal. EP

A Maika Vidal hace veinte años se le torció la vida. Comenzó a sentirse mal sin que el desfile de médicos al que fue consiguiese darle con la tecla. Un día escuchó en Viveiro por la radio a una mujer que describía los síntomas que aquejaban a su hija y que coincidían con los suyos. Así dio con el doctor Árbol, uno de los que luchan por el reconocimiento de la sensibilidad química múltiple, y aunque su sufrimiento no acabó ni por asomo, al menos supo qué le pasaba. Este jueves es el Día Internacional de esta dolencia que no está aún reconocida como enfermedad pero la asociación SQM sigue tratando de que esto cambie. 

¿Qué le hace daño a usted? 
Pues casi todo: detergentes, cremas, colonias, desodorantes, abonos en los alimentos... Pero nadie me entendía y lo pasé fatal. 

Lo de los alimentos parece un problema añadido muy grave. 
¡Claro! Necesitas una dieta tan estricta que yo empecé comiendo cinco cosas. ¡Cinco! Todas ecológicas, por supuesto. Me incorporaban un alimento cada varios días para ver si me hacía daño, y así durante años. Ahora como todo ecológico, que es otro problema... el económico. Son carísimos. 

¿Qué pasó cuando supo que tenía esto? 
Pues mira, estuve cinco años sin contacto con nada del exterior ni ver a nadie. Solo mi marido, que lo hace él todo fuera y cada vez que entraba en casa se tenía que duchar y quitarse la ropa para poder verme. 

¿Cómo se vive esto en A Mariña? 
Mal, pero no diferente a otras partes. En Viveiro tuve una vez un síncope y la médica me quería mandar al hospital. Lo hacía con buena intención y yo le expliqué que, por favor, no lo hiciese porque en los hospitales me pongo malísima. Ella lo entendía, pero no había mucha solución. Al final fui con mascarilla con un filtro de carbón activado y al verme el médico me preguntó qué me pasaba. Cuando le dije que tenía sensibilidad química múltiple se asombró. Me metió paracetamol y eso me provocó un fallo multiorgánico que durante tres meses no supe si sobreviviría. 

¿Este problema se le reprodujo más veces con otros médicos? 
Sí, sí. Por supuesto. Esto es algo en lo que hay avances pero que van muy despacio. Hay médicos que te mandan al psiquiatra. Otros creen que solo buscamos una baja y nos lo inventamos todo. Ahora sí los hay que ya lo reconocen y en algunos hospitales ya tienen algún protocolo. En otros, les da igual lo que les digas... 

Pero los síntomas están ahí. 
¡Y tanto! Aunque hay gente que no nos cree y eso que nos afecta al sistema nervioso central dándonos jaquecas muy específicas, con sensación de que nos va a reventar la cabeza. Afecta a la vista, a la boca, da problemas intestinales muy serios, musculares… 

Todo esto remite a una vida diaria complicada. ¿Cómo se encuentra ahora? 
Ahora estoy mucho mejor pero a costa de que renuncié a tener vida social hace veinte años. No voy a comprar nada. Ni al cine, al teatro, a una boda... Nada. 

Esto no es solo cosa suya, ¿cómo le afecta a su entorno social? 
El entorno se ve muy arrastrado: mi marido está como yo. Pero no lo aguantan todas las personas. Sé que mucha gente se separó porque esto es un condicionamiento absoluto de la vida de pareja y hay quien no lo aguanta. En la familia hay gente que tampoco lo entiende y unos te creen y otros no. 

¿Qué sabe de otros afectados? 
Muchos ni siquiera consiguen un diagnóstico correcto. Por los síntomas les dices que puede ser eso y les parece una exageración. Hace unos días hablé con una persona que vi que podía tenerlo y provocarle fibromialgia, que también afecta a mucha gente. Pero la verdad es que no hizo ningún caso.
 

Comentarios