Una amiga de la mujer de José Casdelo es la responsable de que entrase un animal en su vida por primera vez. La perra Chef llegó con semanas y es muy cariñosa. Dice que se considera un integrante más de la familia, "tanto en el ordeno y mando como en las peticiones". "Después de las duchas, lo primero que hace es ir a la zona de las golosinas, se sienta delante y hasta que le das, no para, también pide para pasear cuando considera necesario", comenta. Salen dos veces al día y cuando van de viaje, la mayoría de las veces no les acompaña porque "andar en el coche no le gusta nada", por lo que queda con su hija o una amiga.
Es un ejemplar muy sociable al que "le rechifla el sofá, su manta y a dormir. Te marca incluso los horarios, cuándo tienes que comer o cenar, y se pone en marcha para irse a la cama, como el perro de Pávlov", indica. Recuerda que "cuando llegó, para dormir se metía en una zapatilla de mi mujer". Entonces era muy pequeña, ahora pesa 3,5 kilos y convive con el gato de su hija, aunque "la que manda en casa es ella. Cuando hay que discutir, el gato sale por pies. Es ladradora, como buena chihuahua". Añade que "a quien hace más caso es a mi mujer, también convive más con ella".
Casdelo asegura que "es la que te recibe con alegría cuando llegas, está saltando a tu alrededor, te recibe con entusiasmo". Señala que es "muy casera", aunque sale todos los días a pasear. "Es muy andadora, pero con casi diez años no hacemos caminatas largas. Está acostumbrada a ir siempre de la correa y cuando ve que salimos se pone con el cuello estirado para que se la pongas, se debe sentir más protegida".
Chef come pienso y preparados en lata, aunque también le gusta mucho el pescado y "si les das un huesito disfruta como una enana, aunque el 90% de lo que come es específico para perros". Desde los tres meses no volvió a hacer pis ni caca fuera del empapador, pero "el 99% de las veces hace sus necesidades en la calle. Baja de la acera para hacerlas, espera a que recojas y vuelve a subir".
Solo le tienen un abrigo por si van a Lugo o a algún lugar que haga frío o llueva mucho, aunque normalmente no le ponen nada. "Mi padre le ponía siempre, porque decía que aquí soplaba moito o vento, hoy aún saluda a personas de edad avanzada con las que paraba él por la calle".