El erizo otorga sabor a mar a San Cibrao

La fiesta congregó el sábado a un numeroso público tanto en los bares como en la carpa, donde tres cocineros con estrella Michelin realizaron innovadores creaciones. Pepe Vieira se animó a introducirlo en su plato sobre A Maruxaina

Eñ público de la fiesta del erizo en San Cibrao. JOSÉ Mª ÁLVEZ
photo_camera Eñ público de la fiesta del erizo en San Cibrao. JOSÉ Mª ÁLVEZ

CERVO. San Cibrao respira mar por los cuatro costados y ayer también lo saboreó a través de un marisco tradicional en la localidad, como es el erizo, un manjar que lleva siendo alimento de los vecinos desde hace décadas, pero que aún carece del glamour que merece este producto que, como demostraron ayer cocineros profesionales, puede formar parte de la alta cocina por mérito propio.

De hecho, podría entrar en la receta sobre la leyenda de A Maruxaina en la que está trabajando Pepe Vieira dentro de un proyecto de recuperación del «patrimonio inmaterial» de la cocina gallega basada en su cultura y tradiciones y que lleva percebes y caldo de anchoa, puesto que si algo es A Maruxaina «es mar», así que tiene cabida, y de sobra, el erizo.

Viera fue uno de los cocineros con estrella Michelin que participaron en el showcooking que se desarrolló en la carpa en la que, ante unas 200 personas sentadas y otras muchas de pie, preparó dos recetas, una con leche de coco y otra, escabeche de mandarina.

Diego López apostó por combinar el erizo con otro producto de la zona, las fabas de Lourenzá. Su otra receta fue presentarlo al natural con apionabo y manzana.

El tercer chef fue el asturiano Pedro Martino, que acudía por vez primera, y lamentó que no se diera al erizo el valor que tiene en Francia e Italia, donde es producto delicatessen aunque reconoció el auge que está experimentando en el norte. Barrió para casa con sus propuestas y preparó erizo con manzana a la sidra y también en un royal de primavera.

A las degustaciones de los cocineros profesionales se sumón una gran variedad de tapas por las que apostaron los bares de la localidad

Todas las preparaciones se pudieron seguir ante una pantalla gigante y, al terminar, el público las degustó gratuitamente, acompañado de un vino Rías Baixas.

A ellas se sumó la receta más tradicional, el erizo cocido, que vendió a diez euros la asociación Mistura con el fin de recaudar fondos para los festivales, infantil y adultos, que celebrarán el 20 y 21 de julio. Quince personas se encargaron de cocer y vender los 160 kilos de que dispusieron.

Los bares también se volcaron con las preparaciones y varios de ellos concursaron por la mejor tapa, que este año fue para el milhojas de bacalao y erizo del Buenavista. El salpicón de marisco de O Faro se hizo con el segundo puesto, mientras que el tercer lugar recayó en Las Titas con su cuchurucho de erizo.

Un buen hacer que también demostraron los más pequeños en un novedoso curso impartido por Diego López, que fue todo un éxito con una veintena de asistentes.

La cita, con música en la calle durante todo el día y verbena final, dejó «sensacións moi positivas» para el alcalde, Alfonso Villares, quien recordó que «houbo moito ambiente e non cabe dúbida que é unha festa xa consolidada e iso é mérito de todo un pobo».

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