Enviada a Cerceda para su incineración la ballena que apareció en San Cibrao

El tamaño y peso de este animal hizo que fuese necesario trocearla para poder llevarla mejor a su destino
Carga de la ballena en el camión que la transportó. JAVI LAMELAS
photo_camera Carga de la ballena en el camión que la transportó. JAVI LAMELAS

El ejemplar de rorcual que apareció muerto el pasado jueves en la playa de O Torno, en la localidad cervense de San Cibrao, fue enviado a Cerceda para su incineración después de personal de l a Coordinadora para o Estudio dos Mamíferos Mariños (Cemma) se desplazase a San Cibrao al día siguiente de su aparición para tomarle muestras con el fin de conocer cuáles eran las causas de su muerte, analíticas pendientes de realizar.

Después de la toma de muestras que se hizo al animal, que tenía un peso aproximado de dos toneladas a pesar de que en principio se estimaba que podía tener tan solo unos pocos días de vida, se le recogió y se transportó a Cerceda con un camión.

El tamaño y peso de esta pequeña ballena hizo que fuese necesario trocearla para poder llevarla mejor a su destino.

El responsable del Cemma, Alfredo López, que es un especialista en este tipo de animales, explicó que en el caso de las ballenas sus primeros meses de vida, incluso hasta un año, suponen una etapa muy crítica para su supervivencia. Durante ese tiempo es cuando se produce la mayor mortalidad de esta especie debido a diferentes causas.

La aparición de ballenas muertas en las playas es un fenómeno bastante común y además suele ser más frecuente entre los meses de noviembre y enero

Los ejemplares de rorcual común, como era este caso, suelen tener un tamaño que oscila entre los cinco y seis metros de longitud, que era justo lo que medía el que apareció en la playa de O Torno.

La separación de la madre o que se produzcan problemas durante el parto suelen ser factores que pueden desencadenar la muerte del animal.

FENÓMENO COMÚN. La aparición de ballenas muertas en las playas es un fenómeno bastante común y además suele ser más frecuente entre los meses de noviembre y enero, pero según el especialista del Cemma todavía no estamos lejos de esas fechas, con lo cual la aparición de este rorcual en las playas mariñanas tampoco es inusual.

En todo caso, es importante separar fenómenos concretos como este, con la aparición de un solo animal muerto, además una cría en el momento más vulnerable de su vida, de los varamientos masivos de ballenas. Esos episodios no se dieron en A Mariña nunca y aún no se sabe a qué responden exactamente.

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