Tres encapuchados atan y amordazan al cura de Vieiro para robarle

Lo abordaron cuando entraba en la rectoral y lo ataron de pies y manos a una silla con cinta

Casa rectoral de Viveiro, donde fue abordado el sacerdote. JOSÉ MªÁLVEZ
photo_camera Casa rectoral de Vieiro, donde fue abordado el sacerdote. JOSÉ MªÁLVEZ

"Viña o pobre home andando atado a unha silla pola pista arriba", comenta Lolo, que junto a su hijo David socorrió a don Luis, el cura de Vieiro, momentos después de que fuese amordazado por tres encapuchados que lo abordaron al atardecer cuando se disponía a entrar en la casa rectoral, de la que se llevaron dinero.

Los vecinos, que viven a unos cien metros, cuentan que estaban en su domicilio cuando el hijo oyó inicialmente "un berro" pero salió fuera y no vio nada. Poco después observó por la ventana al cura que subía por la pista tras poder salir de la casa en la que lo habían abordado, todavía atado de pies y manos a la silla con "cinta americana", la misma que tapaba su boca. "Non me explico nin como puido vir por alí adiante, estaba moi nervioso", relata Lolo.

El sacerdote les comentó que "tan pronto abriu a porta da casa xa se lle botaron enriba". Eran tres hombres "bastante altos" que llevaban la cara cubierta y también guantes. Uno de ellos portaba una pata de cabra, pero reseñan que no lo golpearon, sino que lo introdujeron con brusquedad en una habitación situada cerca de la entrada, donde lo ataron de pies y manos a una silla. "O único que lle dixeron foi que calara a boca", reseñan, y se la taparon con la misma cinta americana que utilizaron para inmovilizarlo.

Los vecinos de la vivienda más próxima lo auxiliaron cuando lo vieron subir por la pista, con dificultades al estar atado aún a la silla
 

Los hombres, que hablaban castellano, revolvieron la casa en busca de dinero y se llevaron una cantidad que está todavía por determinar y que según fuentes policiales podría ser de unos mil euros.

Tanto los vecinos como los investigadores creen que los atracadores conocían la rutina del sacerdote. "Seguro que xa o estaban esperando", dicen los residentes en la zona, que se alarmaron por lo sucedido.

Lolo cuenta que fue él mismo quien llamó al 112 y que pronto llegaron la Policía Nacional, la Policía Local y una ambulancia del 061, que trasladó al sacerdote al ambulatorio de Viveiro "para recoñecelo e calmalo".

La Nacional asumió el caso e inició de inmediato las investigaciones para dar con los autores. Apuntan que esperarán a que el sacerdote se reponga un poco del trance para hablar con él con más calma y tratar de recabar la mayor cantidad de detalles posible.

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