Emily apunta... y el rival tiembla

La jugadora brasileña, que llegó este verano, impresiona por su calidad y su capacidad de disparo con ambas piernas

Emily Marcondes (9-6-1994) ha tardado bien poco en mostrar en Burela su magia brasileña, aderezada con una contundencia de disparo poco común. Zurda, pero con una gran pegada con ambas piernas, la ala-pívot procedente del Melilla aterrizó con buen pie en el Pescados Rubén Burela FSF, contribuyendo ya al título oficiosa de campeón de Europa del club mariñano. Cuando Emily apunta, el rival ya puede temblar.

Emily, en el pabellón Vista Alegre. JOSÉ Mª ÁLVEZ

Nacida en una pequeña isla de Brasil, cerca de Sao Paulo, en la región de Curitiba, desde muy pequeñita tuvo claro que lo suyo era el balón. "La de las muñecas era mi hermana, yo siempre tuve debilidad por la pelota", asegura Emily, que no dudó en unirse a grupos masculinos de niños para poder hacer lo que le gustaba. "Donde yo vivía las chicas no querían jugar, así que me juntaba a todos los chicos. Al principio practicaba sobre todo en la arena, lo que puede llamarse fútbol playa, y también en la escuela, a los 6 años ya jugaba siempre que podía", señaló.

La calidad de Emily no pasó desapercibida para los ojeadores, que trataron de llevársela para jugar en equipos importantes de ciudades cercanas, pero eligió quedarse "y me integré en el equipo de la Fundación", en la región paranaense, con su gente.

Salto a España y temporadón en Melilla

Tras triunfar en Brasil, con más de 30 goles en alguna temporada, en el ejercicio 2019-20, el Melilla trató de reclutar a Marcondes para cruzar el charco y estrenarse en la liga española, pero tuvo que esperar un año antes de concretar el fichaje. "Se interesaron por mí, pero no quería jugar en Segunda División, así que acepté al año siguiente, cuando consiguieron el ascenso a Primera", explicó la jugadora brasileña, que vivió una gran experiencia en Melilla, clasificándose para el play off por el título e incluso llegando a la final de la Copa. "Cumplimos todos nuestros objetivos, que eran los de salvarnos sin pasar apuros y clasificarnos para el play off. Fue una buena temporada", relató.

Y entonces se cruzó en el camino el Pescados Rubén FSF, un club que en los últimos años se ha convertido en la gran referencia del fútbol sala femenino español, destronando al Futsi Atlético en la supremacía nacional. A Emily la llenó de orgullo la llamada y aceptó la propuesta. "Si se habla de fútbol sala femenino, Burela está por todas partes, además hay un montón de jugadoras brasileñas que están o han estado en el club y que me hablaban maravillas", aseguró la jugadora, que, no obstante, deja bien claro que no fue la presencia de futbolistas de su país la que la decidió a fichar. "No me costó mucho decidirme y la razón no fue que hubiera más brasileñas en el club, sino más bien por la admiración que sentía por este club y por el trabajo que venía desarrollando".

El cambio de equipo también conlleva un cambio en los objetivos, ya que ahora peleará, junto al resto de sus compañeras, por seguir ganándolo todo. "La presión está ahí, pero desde luego que es una presión muy positiva, prefiero estar jugando finales y peleando por los títulos que haciéndolo por no descender. Personalmente salgo a la pista para ganar siempre y afortunadamente en este club tengo muchas opciones en cada partido y en cada competición".

Margen de mejora con un rol diferente

Pese a que el rendimiento de Emily en Burela está siendo óptimo, la jugadora considera que tiene todavía que dar mucho más, a medida que se vaya adaptando al rol que le pide su técnico y al juego de sus compañeras. "Me siento feliz, creo que cada día voy creciendo un poco más, pero no estoy al ciento por ciento satisfecha. Creo que tengo margen de mejora y que puedo y debo ayudar más al equipo. Mi rol es totalmente diferente del que tenía en Melilla, tengo que moverme y correr más (risas), así que por el momento a veces me falta un poco de frescura, llego al banquillo exhausta", señaló la jugadora, que habla también de lo que puede aportar al equipo, además de la pegada brutal que viene demostrando. "Esa es más bien una pregunta para Lucas (risas), pero en mi opinión creo que también puedo ayudar con actitud ganadora y mentalidad positiva", aseguró.

Adaptación
"Me encanta vivir en Burela y la comida, solo me quejo del tiempo"
Algunas jugadoras necesitan un mayor proceso de adaptación que otras desde que llegan a Burela, al cambiar la ciudad por una localidad de apenas 10.000 habitantes. No es el caso de Emily Marcondes, que se muestra encantada con su nuevo destino e incluso explica que "nací y me crié en una isla pequeña de Brasil, no es un cambio considerable", señaló, aunque sí reconoció que hay algunas cosas que le cuestan más. "La comida gallega me encanta, pero echo de menos el buen tiempo. Estoy acostumbrada a ir a la playa en cuanto puedo y aquí hay buenas playas, pero lo que es poner bikini (risas) es algo que todavía no he podido hacer casi", aseguró.

Aficiones
Pese a ser una de las mejores jugadoras del mundo de fútbol sala, Emily Marcondes mantiene su formación académica con vistas al futuro. "Estoy tratando de completar la carrera de Educación Física a través de la Universidad a Distancia. También aprovechó los días libres para viajar a alguna ciudad y hacer cosas y me encanta ir a la playa, aunque no puedo tanto como me gustaría", señaló la jugadora, que ayer mismo arrancó para Brasil para unas minivacaciones.

Fútbol sala femenino
"Ojalá la Fifa se comprometa a organizar un Mundial, creo que sería un impulso muy grande para el fútbol sala femenino y es lo que estamos deseando todas las jugadoras", señaló Emily, que también lanza otro sueño. "Lógicamente también sería tremendo poder disputar unos Juegos Olímpicos, pero lo veo más difícil".

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