Los dueños del alpendre que ardió en Masma no entienden qué pudo pasar

Los cuatro habitantes de la casa anexa salieron ilesos. Agradecen la multitud de apoyos recibidos para poder apagar el fuego
Los servicios de emergencias, junto al alpendre. EP
photo_camera Los servicios de emergencias, junto al alpendre. EP

El incendio declarado en la tarde del lunes en un alpendre de la localidad mindoniense de Masma es un misterio para sus propietarios, que no se explican qué pudo suceder. Cuentan que no solo no guardaban allí nada que pudiera prender un fuego sino que ni tan siquiera había electricidad.

El suceso no se finiquitó por completo hasta las diez y media de la mañana del martes, cuando pudo acceder al interior una pala para remover todos los residuos del fondo y lograr así airear por completo el inmueble en que se declaró el incendio. Los dueños no entienden las causas "pois nin sequera hai instalación eléctrica, polo que ten pouca explicación", afirma la dueña, Montse López Rey.

Ella misma además quiere destacar que "é de ben nacidos ser agradecidos", asevera aún con el susto en el cuerpo y tras una noche en vela junto a su marido Julio Expósito García. Era un local en el que almacenaban leña, hierba seca y aperos de labranza, y que está contiguo a la vivienda en la que reside la pareja junto a su hija y un hermano de ella.

Cuatro personas que salieron ilesas gracias al trabajo de diversos profesionales, pero también al apoyo de los vecinos que trabajaron con tanto ahínco. "Todo o mundo se portou moi ben con nós", señala la mujer, quien entre sus agradecimientos no se olvida de mencionar a la parroquia además de "a Elena Candia, a Joseíto, aos dous Manolos, a Blas..." entre los varios nombres de caras conocidas a los que suma los efectivos de emergencias.

Los propietarios alaban el trabajo en equipo y la ayuda de sus vecinos: "Todo o mundo se portou moi ben con nós"

"Veu xente de varios sitios", asevera Montse y es que la virulencia del fuego fue tal que tuvieron que intervenir los bomberos de Barreiros, Vilalba, el GES de Cervo y las motobombas de Mondoñedo, Burela o Ribeira de Piquín, que estuvieron hasta bien entrada la noche. También fue necesaria una ambulancia, precisamente para atender a Montse, que sufrió una crisis de ansiedad cuando comprendió el alcance de la tragedia. Este miércoles, ya más calmada, era consciente de la suerte que corrieron al no haber resultado nadie herido. "As cousas dan pena, pero son cousas, o peor sería que lle pasara algo a alguén", asevera aún con la voz quebrada por la emoción.

Fueron los dueños de la casa los que se dieron cuenta de lo que ocurría pasadas las cuatro y media de la tarde, al percatarse "de que saltaban as uralitas" que cubrían el alpendre donde la gran cantidad de leña que almacenaban prolongó las tareas de extinción.

"Terminamos sobre la una y media de la mañana", cuenta el jefe de los bomberos de Barreiros, pues tras sofocar las llamas tuvieron que estar horas enfriando la zona, lo que les hizo volver hasta tres veces. "Regresamos a las dos horas, a las seis de la mañana y a las ocho menos cuarto", explica, no porque se reavivara el fuego sino para controlar, remover y desescombrar, pues de noche al bajar la temperatura el calor se acumula en las paredes y puede dar la impresión de que vuelve a arder.

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