El dueño de GFG es optimista sobre la compra de la fábrica de Alumnio

En la revista Business India, Sanjeev Gupta dice que están "cerca de cerrar" la operación que Alcoa ve imposible antes del domingo
Cartel en la entrada de la fábrica, donde habían quemado el de Alcoa. CIG
photo_camera Cartel en la entrada de la fábrica, donde habían quemado el de Alcoa.CIG

Los detalles de la negociación de la venta de la fábrica de aluminio de San Cibrao solo los conocen realmente las dos empresas protagonistas y sus versiones sobre el proceso que termina este domingo y que puede dejar en la calle a un millar de trabajadores —entre directos de la aluminera y contratistas— son muy dispares. Mientras Alcoa no ve posible un acuerdo en el plazo establecido, el dueño de GFG Alliance (Liberty House), Sanjeev Gupta, asegura en una entrevista publicada en Business India el pasado domingo que están "cerca de cerrar" la transacción.

Preguntado en esta revista de su país de origen por el afán de adquisiciones del grupo, Gupta responde que su política ha sido la de crecer en base a compras y que han cerrado algunos acuerdos en los últimos seis meses "incluidos dos en Francia y uno que está cerca de cerrarse en España", donde pretenden hacerse con la planta de aluminio sancibrense.

El grupo está en constante crecimiento y entre los objetivos de su división de aluminio, Alvance, está el "producir al menos un millón de toneladas de aluminio durante los próximos dos años". Actualmente produce unas 332.000, entre la fábrica de Fort William en Escocia y la de Dunkerque en Francia, que es la mayor de Europa con unas 280.000 toneladas anuales. No se queda muy atrás la de San Cibrao, con la que sumaría al cómputo total otras 230.000 toneladas.

El proyecto de GFG ilusiona a los representantes de los trabajadores y también a las administraciones central y autonómica, unidas ahora para exigir a Alcoa que favorezca el acuerdo y determinadas a apoyar el plan de inversiones del comprador en la fábrica, donde pretende producir aluminio ‘verde’ y abaratar el coste eléctrico a través de energía eólica, fotovoltaica y cogeneración. El deseo de la plantilla queda patente en la propia entrada de la factoría, donde en una protesta anterior habían quemado el cartel de Alcoa y ahora en ese lugar colocaron otro con un mensaje de bienvenida al comprador: "Wellcome Liberty".

La dueña de la fábrica, sin embargo, no ve que el proceso pueda fructificar y culpa a GFG de la falta de avances, aunque lo que se conoce de la postura de Alcoa tampoco varió en las últimas semanas: traspasar la planta por 1 euro, aportar 50 millones de dólares a un fondo como apoyo al futuro de la fábrica, entre 40 y 60 millones de dólares para sufragar el coste de separar las dos plantas y proporcionar un contrato de suministro de alúmina de cinco años de duración en condiciones estándar de mercado. Las pretensiones de Liberty serían, según Alcoa, un contrato de alúmina a 20 años y derechos sobre la venta futura de la refinería, sin comprometer financiación para el fondo de garantías de Aluminio.

"No es realista que se pueda acordar la venta el 27 porque en su última propuesta GFG no ha hecho ningún movimiento para acercar las diferencias, no muestra un interés real en adquirir la planta de aluminio y se está agotando el calendario que la propia GFG ha propuesto", apunta Alcoa.

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