Diversión para unos, trabajo para otros

En el Resurrection Fest trabajaron mil personas en el dispositivo de seguridad, puestos de comida y bebida, merchandising o medios de comunicación, entre otros

Juan Perdigón, de la Taberna Galicia. JOSÉ Mª ÁLVEZ
photo_camera José Manuél Vázque Leman, de Galipizza. JOSÉ Mª ÁLVEZ

PARA QUE cien mil personas en la suma de los cuatro días del Resurrection Fest de Viveiro que terminó este sábado disfrutasen de los cien conciertos programados, estuviesen seguras e informadas, comiesen y bebiesen, trabajaban en el recinto de forma directa mil personas. Para algunas la actividad musical es algo secundario, para otras su trabajo y también hay quien se turnaba para ver las actuaciones.

Una de las mayores responsabilidades en el festival la tenía su director de seguridad, Ángel Dieste, de la empresa MK Norte, que coordinaba un equipo de 140 personas y reconocía que no disponía de tiempo para nada más que para hacer su trabajo: "Mi jornada empieza el miércoles por la mañana y termina el domingo por la mañana. Cada día soy el primero que entra y el último en marchar, después de comprobar que todo queda en su sitio y bien", explica. Ni un momento de relax ni una escapada para ver un concierto: "Soy un músico frustrado, como no me puedo subir al escenario estoy detrás de él. Me gusta la música mucho y me gusta la seguridad sobre todas las cosas, lo mío es vocacional, me gusta mi trabajo", asegura.

El operativo de seguridad de un evento que reunió a 16.000 personas en su fiesta de presentación y a 28.000 en cada uno de los tres días grandes no es un asunto menor. Explica que actuaban en varios frentes, por un lado los controles en los accesos "para que nadie entre con un objeto contundente o que se pueda considerar un arma", atención en los frontales de los escenarios para que los que hacen crowdsurfing no se lastimen o para atenciones sanitarias, "patrullas reactivas" con personal para actuar en cualquier incidente, "algo que en este festival es anecdótico completamente", y como novedad una "patrulla de chicas" en un protocolo contra la violencia de género. También se coordinaba con la seguridad de las bandas y con los cuerpos del Estado. "Este festival puede presumir de la seguridad que tiene", comenta el responsable, quien destaca la novedad este año de protocolos para inclemencias meteorológicas que durante la tormenta del jueves "funcionaron a la perfección".

Otras de las personas que más trabajan en los días del festival son los camareros que atienden las once barras instaladas en el recinto. "En todas hai moito traballo e é estresante porque tes que estar pendiente do que se consome, ter a barra sempre disposta e preparada para poder servir á xente o máis rápido posible, pero faise con gusto, levámolo ben", comenta el jefe de barra Miguel Blanco, quien reconoce que se hacen horas pero "tamén están ben pactados os descansos" y que en los momentos de los conciertos principales, cuando la gente está más pendiente del escenario, incluso ellos pueden ver algo. Lleva seis años trabajando en el festival y asegura que lo mejor es el ambiente: "Nunca tes ningún problema coa xente, traballei noutros sitios de hostalería e non era así", comenta.

Una de las camareras, Laura Rapa, reconoce que desde las seis de la tarde en adelante el trabajo es muy intenso, "non se para un minuto" y por ejemplo el viernes en el concierto de Slipknot "foi o único momento de descanso". Sin embargo resalta que son muchos trabajando y que entre todos se ayudan. "Ao final o cansancio paga a pena porque traballar aquí é unha experiencia brutal, cun ambiente moi bo e xente moi respectuosa", apunta.

En la zona de comidas también hay una intensa actividad y Taberna Galaica era una de las foodtrucks que acumulaba más colas para degustar su único y exitoso producto, jamón asado en horno de leña durante siete horas que ofrece bien en ración o en bocadillo con pan de Panadería de Covas. "Un día bueno asamos unos quince jamones, que ya asados pesan unos nueve kilos. Con cada jamón hacemos unos 50 o 60 bocadillos", comenta Juan Perdigón, encargado de este puesto en el que trabajan en turnos siete personas. "Esto no para, estamos casi las 24 horas", dice, desde que entran los primeros a hacer los preparativos hasta que se van los últimos al finalizar la jornada.

"Por momentos hay mucha cola y no paras, pero como estamos varios compañeros siempre encontramos un ratito para ver algún concierto", agregaba uno de ellos, Matías Sánchez.

Otro que no paró estos días es José Manuel Vázquez, Leman, gerente de Galipizza que gestiona el cátering de los artistas, el local de restauración de la zona vip y el Resucamp, con 29 empleados dedicados al festival. "En todo o Resu só puiden ir ver tres cancións de Slipknot", dice Leman, quien comenta que no puede ver los conciertos porque tras ellos los artistas hacen peticiones de comida a la carta y supervisa que las entregas se hacen correctamente.

Como anécdota, reseña que tuvieron que llevar a Slipknot "unha tarta de cumpreanos de Oreo" con velas incluidas pero desconoce qué integrante era el que estaba de aniversario.

En el área de merchandising había puestos como el de Laura Mazorra y Javi Calderón, de Madrid, que hacen "artesanía con estética siniestra" inspirada en el cine de terror o la música rock como máscaras de papel maché de doctores de la peste, demonios, payasos siniestros o cantantes de black metal que según cuentan son lo que más gustan a los asistentes al Resurrection. "Llegamos el día antes para montar y dormimos en el Beachcamp. Estamos aquí para cuando abre y hasta que acaban los conciertos, más de doce horas", comenta la artesana. Calderón añade que es "cansado" estar todo el día en el puesto y que "a veces hay que salir a dar un paseo a despejarse un poco. Intento estar en algún concierto pero poco la verdad", reconoce.

En esta edición del Resurrection había 170 medios nacionales e internacionales acreditados con 350 periodistas según indica el responsable de comunicación, Esteban Girón, que diez días antes de la cita ya se instala en Viveiro con jornadas interminables. "Soy el responsable de que todos los medios cumplan las normas marcadas por las estrellas pero también de proteger los intereses de los periodistas", dice Girón, que en esta edición vivió también el festival desde el punto de vista de los artistas al formar parte del grupo Toundra que actuó el jueves.

Entre los medios acreditados está el canal especializado Metalovisión con sus reporteros Zayk, Krawel, Torr, CL y Jota. "Hacemos un reportaje por día del festival y lo que intentamos es hablar de los grupos, del ambiente, la localización... contamos nuestra experiencia, es algo subjetivo e informativo", comenta Zayk, que reseña "jornadas muy largas" ya que están en el recinto antes de la apertura de puertas y esperan al último concierto antes de irse.

Además intentan turnarse para ver algún concierto, como apunta también Krawel: "Como cada uno tenemos nuestro estilo nos turnamos e intentamos ir" a lo que añade que para él el Resurrection Fest es "el evento del año" y está deseando venir.

Los negocios del Resurrection
Juan Perdigón, de la Taberna Galicia. JOSÉ Mª ÁLVEZ
1. CÁTERING ARTISTAS. José Manuel Vázquez supervisa las peticiones de las estrellas y también gestiona el local de comidas de la zona vip Pandemonium.
Uno de los camareros que atendió en el festival. JOSÉ Mª ÁLVEZ
2. BARES DEL RECINTO. Unos de los que más trabajo tienen son los camareros que atienden las once barras del festival.
Miembros del cátering. JOSÉ Mª ÁLVEZ
3. TABERNA GALAICA. "Cada día asamos unos 50 jamones", aseguraba el responsable de este puesto de la zona de restauración que tenía largas colas.
Laura y Javi, que venden artesanía gótica. JOSÉ Mª ÁLVEZ
4. ARTESANÍA GÓTICA. Entre los puestos de merchandising que se instalaron este año estaba el de Laura y Javi, que atendían el stand durante más de 12 horas.
Ángel Dieste, de la empresa de seguridad MK Norte. JOSÉ Mª ÁLVEZ
5. SEGURIDAD. El responsable, Ángel Dieste, es el primero en entrar en el recinto y el último en irse. La importancia de este trabajo hace que no pueda distraerse con nada.
Reporteros de Metalovisión. JOSÉ Mª ÁLVEZ
6. METALOVISIÓN. En el festival había 170 medios nacionales e internacionales acreditados con 350 periodistas, entre ellos los de este canal especializado en metal.

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