La declaración como BIC del galeón alterará las maniobras de los mercantes de Mirasol

Muchos barcos viran en sus cercanías y ponen los restos en peligro, como reconoció el arqueólogo San Claudio en varias ocasiones
Un barco entra en la ría camino del puerto de Mirasol. P.V.
photo_camera Un barco entra en la ría camino del puerto de Mirasol. P.V.

La declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) para el galeón Santiago de Galicia hundido en la ría de Ribadeo podría tener efectos secundarios en el puerto de Mirasol. Más bien en las maniobras de los barcos que acceden al muelle comercial ribadense. Dicha figura de protección implica, como cualquier otra, una orden de preservación del bien al que se aplica, en este caso un pecio en el fondo del canal de la Ría de Ribadeo. 

El Santiago de Galicia está reposando en una zona que se encuentra en el canal de acceso al puerto de Mirasol, justo delante de la cofradía de pescadores y la explanada conocida como la escollera del Eo, una superficie que se ganó al mar en la primera mitad de los años 90. 

Es un lugar en el que habitualmente hacen maniobras los barcos que entran o salen del puerto de Mirasol y, con ellas, afectan al estado del galeón. 

El propio arqueólogo subacuático Miguel San Claudio explicó en varias ocasiones durante sus inmersiones para estudiar el estado del pecio que esa zona es complicada para su supervivencia sobre todo por dos motivos. 

Uno son las corrientes, que en esa zona son muy fuertes porque actualmente es el canal por el que la marea sube y baja con más fuerza de todo el estuario. 

El otro son precisamente las maniobras de los barcos. San Claudio indicó durante su visita a Ribadeo del pasado mes de junio que los mercantes someten al pecio a mucho estrés debido a que las hélices provocan fuertes movimientos en el agua que repercuten de forma directa en el galeón y contribuyen a su desgaste. Dicho desgaste se había venido frenando durante siglos porque el buque había quedado enterrado en la arena, algo que ahora no sucede completamente. 

ÚLTIMO SOBRESALTO. Hace unas semanas el arqueólogo subacuático se desplazó a Ribadeo con buzos de la Armada para comprobar el estado del Santiago de Galicia y elaborar un informe para remitir a la Consellería de Cultura. 

Aunque por el momento las conclusiones de su visita y la redacción final del informe no se conocen en su totalidad, sí se dio a conocer que el estado de la embarcación es bueno pese a que fue precisamente un mercante que encalló el que puso en peligro una vez más estos restos al quedar atascado en la arena a solo unos metros del pecio.

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