Crece la alarma por la presunta llegada de visitantes foráneos a A Mariña

La alta afluencia a playas esta semana o las llamadas a centros de salud levantan sospechas
Aparcamento junto a una playa burelesa. D.V.
photo_camera Aparcamento junto a una playa burelesa. D.V.

En los primeros momentos del estado de alarma y el confinamiento por el Covid-19 hubo quejas sobre foráneos que llegaban a segundas residencias de algunos municipios mariñanos, en algunos casos sin recato alguno y preguntando en concellos por servicios de guarderías y ocio como si de pasar unas vacaciones se tratase. Ahora, ante la desescalada y el aumento de gente no habitual en las playas durante esta semana de altas temperaturas, las quejas vecinales han vuelto, porque persiste el temor a contagios durante esta fase en que todavía no está permitida la movilidad interprovincial para el ocio.

La casuística es variada y en ocasiones las policías municipales han llegado a actuar, como en el caso de Foz, donde estos días se comprobó cerca de supermercados algunas estancias que resultaron estar justificadas o de visitantes que se encontraban en la zona desde antes del estado de alarma. Incluso sobre la procedencia de algunas autocaravanas vistas en el puerto, que resultaron ser de vecinos de la provincia. No obstante, hay quien en su tentación o intención de viajar a A Mariña ya se delata antes de salir o al llegar.

LLAMADAS A CENTROS DE SALUD

En centros de salud de la comarca recibieron en días pasados llamadas telefónicas de madrileños preguntando cómo podían cambiarse de médico para ser atendidos en A Mariña, revelando planes de viaje.

USAR LA TARJETA SANITARIA EN FARMACIAS

Al igual que el uso de la tarjeta de crédito fuera del ámbito permitido por la fase de cuarentena, la utilización de la tarjeta sanitaria en las farmacias para acceder a los medicamentos también puede revelar infracciones, en caso de no contar con permiso de movilidad.

APARECER EN LA PLAYA

Personas no habituales en playas muy emblemáticas, en este caso procedentes de algunas comunidades del norte peninsular, también han suscitado quejas de vecinas y llamadas a los medios de comunicación. Algunas localidades anunciaron un refuerzo de la vigilancia para que no haya aglomeraciones de fin de semana y se respeten las medidas de distanciamiento, confiando en las limitaciones de movimiento interprovincial. En el anterior fin de semana de cambio de fase pudieron verse vehículos deportivos o de gran cilindrada junto a locales hosteleros, lo que levantó suspicacias. En los concellos, variaciones notables del consumo de agua o del movimiento de segundas viviendas, son muy sensibles.

ANÁLISIS DEL RUIDO SÍSMICO

Las instituciones pueden controlar movimientos de vehículos mediante las múltiples cámaras instaladas en las autovías y carreteras, drones y el propio de las patrullas de la Guardia Civil de Tráfico y otras policías pero, fuera del ámbito personal, también se está realizando un seguimiento de la evolución temporal del ruido en España, a través de las diferentes estaciones sísmicas. La mayor parte de estas están situadas en el campo, lejos de núcleos de población, carreteras e infraestructuras que puedan generar vibraciones (en Galicia se encuentra en un punto de Agolada) y por ello son muy sensibles a las vibraciones del suelo. Otras estaciones en núcleos urbanos (como la de A Pontenova, cerca de Boulloso) miden ruidos más fuertes también en los cambios de las actividades humanas, según señala el Instituto Geográfico Nacional.

Con esta red pueden controlarse los cambios en las distintas fases del confinamiento por el Covid- 19, en los distintos territorios y momentos de la semana. Al ir recobrando la normalidad se han ido incrementando los decibelios medidos en las estaciones sísmicas. El ruido por actividades o mayor presencia humana tienden hacia los niveles previos al confinameinto, sin alcanzarlos aún en su totalidad.

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