Responsables de la compañía Shanghai Keichuang, firma china propietaria de la conservera Hijos de Carlos Albo, con un fábrica en Celeiro, mantuvieron una reunión hace unos días con las delegadas de la fábrica para anunciarles su intención de trasladar la producción a la nueva factoría que la empresa construyó en Salvaterra do Miño (Pontevedra), lo que supone el cierre de la planta de Celeiro, igual que ocurrirá con la de Vigo, que también se trasladará a las nuevas instalaciones.
Los trabajadores de la fábrica celeirense, en su mayoría mujeres (una parte de edad avanzada) están a la espera de que durante la próxima semana se inicien las negociaciones que les ofrecen para el traslado o las indemnizaciones en caso de que opten por rechazar esa oferta.
Las mujeres de más de 50 años, con su vida hecha en el municipio vivariense y su entorno, descartan en principio un posible desplazamiento por esa causa, como es el caso de Magdalena Escourido, quien asegura que a sus 60 años no se plantea el traslado. Algunas no tienen suficiente cotización y quedarían en una complicada situación, según indican.
En la fábrica celeirense también trabajan unos diez hombres, quienes se ocupan de las tareas más pesadas de carga o descarga del pescado o lavado, mientras que las mujeres suelen realizar el proceso de limpieza, empaque y estuchado del pescado que se destina a enlatar para conserva. El número total de trabajadores se aproxima ahora a los 50.
Por la poca información que les facilitaron hasta el momento a los trabajadores y lo que estos pudieron saber en los últimos días, la compañía prevé enviar personal para trasladar máquinas en la segunda quincena de agosto, durante las vacaciones de las mujeres que trabajan en la cadena, por lo que calculan que el cierre podría producirse después del verano.
