Confirman la pena a la ribadense que secuestró a sus hijos y condenan también a una hermana

La Audiencia estima que la tía de los niños, inicialmente absuelta, fue cómplice porque alquiló el piso donde se ocultaron

Los siete acusados durante la vista celebrada en el Penal 1 en febrero del año pasado. AEP
photo_camera Los siete acusados durante la vista celebrada en el Penal 1 en febrero del año pasado. AEP

La Audiencia Provincial de Lugo confirma la condena de dos años de cárcel para la ribadense acusada de sustracción de menores por ocultar a sus dos hijos para no entregárselos a su padre. El tribunal confirma además la pena de un año de prisión para la abogada de la mujer, por colaborar con ella y "darle instrucciones" de cómo debía actuar para no ser descubierta por la Policía.

Junto a la madre de los niños y su letrada, en el banquillo de los acusados del Penal número 1 de Lugo se sentaron también los padres de la progenitora y sus tres hermanos. La jueza consideró que no había pruebas suficientes para condenar a estos familiares y los absolvió. Sin embargo, la Audiencia discrepa y condena a una de las tías de los niños, ya que fue quien alquiló el piso donde permanecieron ocultos durante casi dos años.

La sentencia explica que había "indicios claros" de que los abuelos y los tíos de los menores tuvieron contacto con la progenitora durante el secuestro, "sin que se pudiera llegar a concretar qué actuaciones desempeñaban cada uno de ellos, por lo que no es posible entender una conducta más allá del mero encubrimiento".

Por el contrario, considera que sí que existe "una conducta concreta" con respecto a la hermana de la progenitora que alquiló el piso, "ya que tal intervención resultó determinante para que madre e hijos estuvieran ocultos. Así, desarrolló una acción que resultaba imprescindible para la comisión del hecho delictivo, ya que sin el piso que le proporcionó", explica, "no podría cometerse el delito". De este modo, la Audiencia lucense considera a la tía de los niños cómplice de dos delitos de sustracción de menores y le impone una condena de dos años de cárcel.

La madre también fue condenada a dos años de cárcel y de inhabilitación para la patria potestad

CUSTODIA. Los padres de los menores, que residían en Asturias, se divorciaron en el año 2007 e inicialmente la custodia le fue concedida a la progenitora. Sin embargo, en 2009 –cuando los niños tenían 9 y 14 años de edad– el padre presentó en el juzgado una reclamación para poder disfrutar de la compañía de los menores, ya que al parecer no se estaba cumpliendo el régimen de visitas.

El juzgado de primera instancia número 8 de Gijón citó en dos ocasiones a la acusada para celebrar una vista, pero la mujer no se presentó, por lo que en junio de 2010 le otorgó al padre la patria potestad de los niños. Esta sentencia fue recurrida, pero la Audiencia Provincial de Asturias la confirmó.

Desde que el progenitor reclamó a los menores, en 2009, la mujer "los ocultó, sin dar a conocer su paradero y no dando señales de vida de los mismos". Finalmente, el 3 de mayo de 2011, agentes del Cuerpo Nacional de Policía de la comisaría gijonense localizaron a la mujer y a sus hijos en un piso de Ribadeo y la detuvieron. Durante todo ese tiempo, la madre tuvo a los niños "metidos en un domicilio sin salir apenas de casa para evitar su descubrimiento, saliendo únicamente por la noche y además sin que los menores estuvieran escolarizados y sin control médico alguno".

Además de los dos años de cárcel, la madre también fue condenada a dos años de inhabilitación para la patria potestad. Actualmente, los dos niños ya son mayores de edad y residen en Asturias junto a su progenitor.

El padre ejerció en el juicio la acusación particular y solicitaba penas de nueve años de cárcel para su ex mujer y los otros cinco familiares. El ministerio fiscal, por su parte, pedía cinco años de cárcel para la madre de los menores, seis años para los abuelos y los tres tíos, y tres años de prisión para la abogada. Antes de comenzar el juicio, los abogados de la defensa pidieron la nulidad al entender que había fallos en las escuchas, pero la jueza no la concedió.

Testimonio
"Aquí no hay un bueno y un malo", declaró el niño


Durante el juicio por este caso, que se celebró en el Penal 1, quedó patente que los niños vivieron de forma traumática el divorcio de sus progenitores. El niño, que ya tiene 21 años, reconoció que, tras la separación, sentían rechazo hacia su padre porque se fue de casa y tenía una relación con otra mujer, por lo que exageraban sobre su padre para no irse con él, aunque en realidad no los trataba mal. "Exageramos mucho y fue un error. Ahora lo veo de otra manera, pero era un niño. Aquí no hay un bueno y un malo", dijo.

Estudiaban en casa
El chico reconoció que durante el encierro no iban al colegio, "pero teníamos libros y ella nos obligaba a estudiar. Y no fuimos al médico porque no estuvimos enfermos", dijo.

Quería protegerlos
​El psiquiatra que atendió a la madre dijo que era consciente de que lo que hacía estaba mal, pero creía que así los protegía.