Confinada la tripulación de dos arrastreros de litoral del puerto de Burela en Gijón

Los marineros están asintomáticos o casi y pasan la cuarentena de rigor en una residencia habilitada por el Principado de Asturias, salvo dos que permanecen en el barco y que dieron negativo
Una prueba PCR. EFE
photo_camera Una prueba PCR. EFE

La tripulación de dos arrastreros de litoral con base en el puerto de Burela se encuentra confinada en Asturias y los barcos amarrados en el puerto de El Musel, en Gijón. Se trata del Playa de Rueta y del Playa do Torno, que ahora deberán estar parados dos semanas, dado que aunque una parte de los marineros dieron negativo en las pruebas PCR realizadas, resulta imposible sustituirles debido a la escasez de tripulantes que afecta al sector pesquero.

La mayoría de los marineros afectados se encuentran asintomáticos o con pocos síntomas, razón por la que en ningún momento tuvieron que ingresar en el hospital. Solo uno de los cinco tripulantes positivos del Playa de Rueta tuvo unas décimas de fiebre.

Todos ellos permanecen aislados, incluso los negativos, en una residencia habilitada por el Principado en las inmediaciones de la Universidad, donde pasan la pertinente cuarentena y les realizan un seguimiento diario, salvo dos que permanecen en el barco y que dieron negativo.

Los armadores decidieron que hiciesen las pruebas al sentirse mal uno de los marineros el viernes de la semana pasada. La empresa costeó los test que les realizaron en una clínica privada y que presentaron a las autoridades de Sanidad Exterior del Principado, que les otorgó validez y facilitó su rápido traslado a la residencia citada para su aislamiento una vez que conocieron la existencia de algún caso positivo.

Esa agilidad en la actuación evita asimismo la propagación del virus fuera de las embarcaciones de pesca, que están siendo muy perjudicadas por esta situación, dado que la pandemia obliga a parar los barcos como mínimo dos semanas hasta que se reponen los tripulantes, algo que es difícil de predecir en qué momento ocurre, porque se ha dado ya el caso de algún barco, como el Mariscador, con base en Celeiro, en que uno de los afectados ha dado positivo tras 20 días de cuarentena, por lo que el pesquero todavía no ha podido hacerse de nuevo a la mar.

MUY EXPUESTOS. Las tripulaciones están asimismo muy expuestas, dado que trabajan y conviven durante varios días seguidos en un espacio cerrado, donde resulta muy complicado guardar las distancias, dado que los camarotes reúnen a entre dos y cuatro marineros, lo que constituye un riesgo tremendo de contagio, según representantes del sector de arrastre de litoral.

A la dificultad de minimizar los riesgos se suma el hecho del cierre de la hostelería, que incide directamente en los barcos que operan en la zona más próxima a la costa, dado que sus especies objetivo, como lenguado o salmonete, encuentran salida en el canal Horeca.

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