La Confederación Hidrográfica del Cantábrico abrió un expediente sancionador contra los vertidos de purines al río Eo en la parroquia veigueña de Abres que había denunciado la Coordinadora Ecoloxista d´Asturies entre los pasados meses de febrero y abril.
El colectivo recuerda que los purines son ricos en nitratos y subraya que vertidos en cantidades ingentes y sin control "pueden convertirse en un veneno para suelos, aguas e incluso afectar a muchos seres vivos, las personas incluidas". Sus efectos van desde malos olores a irritaciones producidas por la urea, "potencialmente cancerígenas", según la coordinadora, así como la exposición a agentes patógenos como la salmonella, brucella y listeria, entre otros.
Los ecologistas exigen desde hace dos años al Principado de Asturias que tome medidas para reducir este problema. Cree que "los purines se consienten a pesar de su elevado impacto en el medio natural de los ríos contaminando sus aguas y afectando a las especies que los habitan". Por ello, esperan que las autoridades responsables pongan freno a "esta peligrosa práctica ganadera" en las orillas de los ríos asturianos que tanto impacto tiene en los cauces y las aguas subterráneas.
Las zonas afectadas por escorrentías de estos son consideradas vulnerables por Europa, que obliga a través de la directiva del Consejo 91/676/CEE a los estados a comunicar e identificar las aguas afectadas por nitratos de esa procedencia designando como zonas vulnerables dichas superficies. La Comisión Europea abrió en 2018 un procedimiento de infracción a España por esta causa y dicen que en la región astur, la Consejería de Fomento no designó ningún área ni tomó medidas, pese a existir terrenos en esa situación.