EN COMPAÑÍA DE ANIMALES

"Mi erizo se mueve por toda la habitación con libertad"

Ser un animal muy independiente decantó la elección de esta joven de Vegadeo y su pareja, además de la facilidad para cuidarlo y alimentarlo
María Vijande, con el erizo. CEDIDA
photo_camera María Vijande, con el erizo. CEDIDA

La vegadense María Vijande tiene un erizo africano, un animal de compañía con el que se hizo cuando decidió vivir con su novia Patricia Grande, quien ya había tenido un ejemplar. "Queríamos adoptar uno, aunque no pudo ser pero contactamos con una persona que los cría y la cogimos. Es una hembra de 5 o 6 meses, que ya ha alcanzado la madurez porque a partir de los 3 meses no crecen más y puede llegar a los 20 centímetros", explica. Les gusta "porque es un animal independiente" y añade: "Lo elegí porque no había tenido antes animales, para coger práctica y aprender dándole los cuidados. Consideramos que era algo asumible y nos gustó porque es diferente, es interesante, no está muy visto". Indica que es diferente del hámster o animales similares. "Si le das tiempo, estás con él y lo educas dentro de los límites a los que puede llegar, te presta atención, se acostumbra a estar contigo", explica.

Su alimentación es similar a la que reciben los gatos. De hecho, le compran pienso de gatos que incluye todos los nutrientes que necesita. "Intentamos complementar un poco, porque en la naturaleza se alimenta de insectos. En Ribadeo puedes comprar gusanos, también le gusta la manzana, pero no puede tomar cítricos porque le hacen daño. Algún día también le preparamos huevo batido".

Este erizo tiene una jaula grande como casa, con un hueco debajo para esconderse de día. "De noche le dejamos la jaula abierta, recorre toda la habitación y sabe volver a la jaula. Le preparamos unos cartones para que pueda moverse y la ruedecita que le pusimos, como la de los hámster, le quedó pequeña, por lo que ahora se mueve por todas partes con libertad, le gusta escalar, olfatea por todos lados y se mueve mucho. También le hemos dejado correr en los jardines de la casa para que probase", comenta.

Patricia destaca que "son animales muy limpios, es raro que deje cacas fuera del sitio que tiene preparado, le bañamos una vez o dos veces al mes en verano. Tenemos la rutina de pasar tiempo con él, se ha criado con nosotras, está acostumbrado y entiende que los humanos son buenos, sabe diferenciar. He conocido otros que tenían miedo, se asustan y su forma de defenderse es haciéndose bolita, pero es bueno y pacífico", subraya.

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